Li-Meng Yan, la viróloga china que aseguró que tenía pruebas que demostraban que la covid19 fue fabricada en un laboratorio en su país, ha subido a Internet un documento de 26 páginas para demostrarlo. El texto, publicado bajo el título 'Características inusuales del genoma del SARS-CoV-2 que sugieren una sofisticada modificiación en laboratorio en lugar de una evolución natural', lleva la firma de Yan y otros tres científicos y ha sido publicado en el repositorio Zenodo tras ser avalado por la Rule of Law Society.
El informe, sin embargo, no tiene evidencia científica alguna. Los expertos aseguran que la viróloga ha mezclado en su documento investigaciones reales con datos sesgados, llegando incluso a citar estudios españoles del CSIC que desmienten sus propias afirmaciones.
Tras los supuestos informes científicos hay también intereses políticos. Las conclusiones de Li-Meng Yang, que huyó de Hong Kong el pasado abril, han sido financiadas por una organización presidida por Steve Bannon,el gurú de la extrema derecha e ideólogo detrás de la campaña de Donald Trump. Este informe daría alas a las cuatro demandas que existen en Estados Unidos contra China, además de exonerar de responsabilidad al presidente norteamericano de la gestión de la pandemia.
En su informe, Yan confiesa que el origen del SARS-CoV-2 sigue siendo misterioso y controvertido, pero señala, en contra de la opinión de la mayoría de la comunidad internacional, que "la teoría del origen natural, aunque ampliamente aceptada, carece de apoyo sustancial".
Yan considera que "la teoría alternativa de que el virus puede provenir de un laboratorio de investigación está estrictamente censurada en revistas científicas revisadas por pares". La virólogo señala que el SARS-CoV-2 muestra características biológicas que son incompatibles con un virus zoonótico natural. Cree Li-Meng Yan que la evidencia muestra que el SARS-CoV-2 debería ser un producto de laboratorio creado utilizando los coronavirus de murciélago ZC45 y / o ZXC21 como pantilla.
Sobre la base de la evidencia, postula una ruta sintética para el SARS-CoV-2 que se puede lograr en aproximadamente seis meses. Y pide una investigación independiente sobre los laboratorios de investigación relevantes.