2020 ha sido el año más extraño de nuestra vida. El confinamiento, las preocupaciones acerca de la salud y los cambios en los ritmos sociales nos han hecho replantearnos la forma de entender la vida. Cosas que antes dábamos por sentadas como el tiempo en familia, estudiar de forma presencial o tomar algo con los amigos, ahora se han convertido en una prioridad. En consecuencia, los propósitos de 2021 también han cambiado.
Todos los años aspiramos a las mismas cosas: viajar más, encontrar trabajo de lo nuestro, ir al gimnasio o dejar de fumar. Los propósitos de año nuevo son como los pantalones campana o los remakes de series de los 90, modas que se reciclan cada cierto tiempo.
El coronavirus nos ha hecho romper el círculo vicioso y ponernos en forma o conocer Nueva York son planes que han pasado a mejor vida. Ahora los millennials y los centennials aspiran a tener estabilidad emocional, lazos afectivos más sólidos y seguridad económica.
Para conocer los propósitos de los jóvenes españoles, hemos preguntado a varios veinteañeros por aquello que le piden al 2021:
“Me gustaría poder pasar más tiempo con mi hermano, que vive en otra ciudad. Los dos somos muy diferentes y antes igual podíamos pasar un mes sin hablar. Solo lo hacíamos por el grupo de WhatsApp. Ahora le valoro más y me gustaría vernos en persona mínimo una vez al mes”, confiesa Rafa, de 23 años.
Para Alicia, de 26 años, 2021 será decisivo en cuanto a su salud mental se refiere. “Al volver de vacaciones empiezo la terapia. Ya tengo cita y mil ganas. Después de casi un año con ansiedad, poner fecha al cambio me ha dado un subidón”.
“Quiero pasar más tiempo en el pueblo”, comparte Enrique Andrés, de 20 años. “Siempre me ha dado mucha pereza ir porque no hay nada que hacer, pero creo que este año me iré al pueblo todo el verano para estar con mi familia”.
Raúl, de 27 años, se ha propuesto ser más eco-friendly. “Hay que cuidar del planeta, y si puedo hacer pequeñas cosas para que el mundo sea mejor, las haré. Reciclar, comprar ropa de macas sostenibles o reducir el consumo de carne son mis pequeños objetivos”.
“Con la de empresas que han cerrado este año, mi propósito es ayudar al comercio local”, relata Cristina, de 25 años. “No cuesta nada comprar en la frutería del barrio. Además es más barato y está más bueno, son todo ventajas”.
El coronavirus nos ha enseñado a valorar más ciertos aspectos de nuestra vida, aunque haya sido de forma brusca y en ocasiones dolorosa.
Por un lado, vivir en cuarentena durante meses ha demostrado la importancia del tiempo en familia, lo poco que nos conocíamos a nosotros mismos y la necesidad de pedir ayuda psicológica en momentos críticos.
En la otra cara de la moneda, nos hemos dado cuenta de lo frágil que es el mundo que nos rodea en algunos momentos, y del peso que tienen nuestras acciones en que todo siga funcionando correctamente. Pequeños actos como utilizar mascarilla o ayudar a un vecino en apuros marcan la diferencia.
De todas estas enseñanzas, podemos extraer cinco propósitos para que el 2021 sea un año mejor tanto a nivel personal, como en el plano social.