Son muchos los que enferman antes de coger las vacaciones, los expertos lo llaman leisure sickness leisure sickness(la enfermedad del ocio), pero muchos otros también se sienten mal al regresar y no solo porque padezcan el síndrome postvacacional, que lo padecerán este año cuatro de cada diez españoles, un 4% más que el año pasado, y entre sus síntomas se encuentran la fatiga, el estrés, trastornos del sueño y en los casos más graves ataques de ansiedad, dolor de cabeza y malestar general. Los cambios de hábitos, trasladarnos a países con enfermedades contagiosas y los trayectos pueden ser el origen de esa dolencia que nos hará muy cuesta arriba el regreso a la rutina.
Virus y bacterias extranjeras
Los que viajan al extranjero suelen tomar las precauciones sanitarias para no contagiarse de enfermedades que en España están controladas como la rubéola y el sarampión, pero algunos, confiados de haber pasado la dolencia en la niñez o estar bien vacunados, se encuentran con la sorpresa de regresar a casa y empezar a sentir sus síntomas. Los 233 casos de sarampión confirmados en nuestro país hasta la fecha son importados o secundarios a estos, es decir, turistas procedentes de un país donde el contagio es alto o españoles no inmunizados que contrajeron la enfermedad fuera. Es importante que revisemos nuestra agenda de vacunas y, tal y como aconseja el Ministerio de Sanidad a los que nacieron a partir de 1970 (o no se tiene acreditado haber recibido las dos dosis obligatorias), acudir al médico de cabecera para inmunizarse.
Asimismo, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos recomiendan acudir a los servicios sanitarios si se padece fiebre en el mes posterior al viaje, diarrea durante dos semanas o más, erupciones, y picaduras de insectos o infecciones fúngicas. Todos estos síntomas deben ser comunicados a los especialistas para que lleven a cabo las pruebas pertinentes y realizar una valoración.
Transportes gélidos
Los resfriados están entre las dolencias más habituales por esta época. En los transportes, el aire acondicionado suele estar bastante alto debido a la alta concentración humana. Estar en un lugar cerrado, repleto de personas (y de sus virus) y los cambios bruscos de temperatura entre el interior y el exterior son factores que aumentan las probabilidades de contagio. Los expertos aconsejan evitar el contacto con aquellas zonas más proclives, lavar las manos y beber mucho agua, además de cubrirnos con alguna prenda durante el trayecto y evitar luego el cambio brusco en nuestro termostato interno.
Diarrea del turista
Según la Fundación Española del Aparato Digestivo, la diarrea del viajero, también llamada "diarrea del turista" o "gripe intestinal", "es el problema de salud más frecuente cuando se viaja a países con menores condiciones higiénico-sanitarias", señala la doctora Mileidis SanJuan Acosta, del Xanit Internacional Hospital. "Alrededor del 40% de los viajeros experimentan diarrea durante o poco después de su viaje al Trópico. La mayoría de las veces no es un problema grave porque el cuerpo acaba acostumbrándose a los cambios de microorganismos y de medio ambiente, pero pueden provocar cambios en el itinerario del viaje y en el 30% de los casos la necesidad de quedarse en cama por dos o tres días”, añade. No solo el lugar de destino, la duración de la estancia, el tipo de viaje y alojamiento son factores que influyen, el hecho de realizarse en verano es otro elemento que influye en su incidencia.
Además, la variación de nuestras costumbres hace que comamos más y peor, sin olvidar que bebemos más alcohol y bebidas gaseosas, elementos que sostenidos durante semanas tienen consecuencias en nuestro aparato digestivo. Los españoles engordamos entre dos y tres kilos en esta época del año y son muchos los que se sienten empachados. Tampoco hay que olvidar que nos alimentamos con más asiduidad fuera de casa y nos relajamos en las medidas de seguridad, lo que suele dar como resultado las molestas intoxicaciones alimentarias, que tanto están dando que hablar este verano.