Si hay un tema incómodo a tratar cuando estás conociendo a alguien es el de las exparejas. Nuestro pasado amoroso es una parte muy importante de nuestra vida y, por norma general, solemos hablar de ello cuando comienza una nueva relación. Las mochilas emocionales que llevamos, los aprendizajes, alguna que otra historia… Y si te lo estás preguntando sí, hay frases que es mejor no decir.
Al nivel del grosero comentario “mi ex lo hacía mejor que tú” (y no precisamente el desayuno) se encuentra una de las mayores red flags del terreno amoroso. Hablamos de nada más y nada menos que la mítica frase “mi ex estaba loca” o, peor aún, “todas mis ex estaban locas”. También aplicable a los ex locos.
Pongámonos en situación. Te instalas Tinder, conoces a una persona tan fantástica que no te lo crees y en vuestra primera cita comenzáis a hablar de vuestro pasado. La conversación asusta un poco. Al fin y al cabo, abrirte emocionalmente a alguien que apenas conoces no es fácil.
Tú le hablas de las parejas que más te han marcado y quizá de alguna relación esporádica que también te dejó el corazón tocado, y parece que la cosa fluye, pero cuando es su turno la conversación se tuerce. “Uy… ¿Mis ex? Estaban locas. Todas me pusieron los cuernos. Todas me hicieron la vida un infierno”. Y en ese momento te invade una duda: ¿Tiene la peor suerte del mundo en el amor o hay algo raro en su insólita declaración?
Para empezar, ¿qué significa la palabra “loca”? ¿Quizá su pobre ex sufrió problemas psicológicos reales? No, descartamos esta hipótesis porque de ser así no utilizaría el término tan a la ligera. ¿Y si le dejó sin darle explicaciones? Bueno, todos hemos sufrido ghosting pero no vamos llamando “loca” a la gente que lo causó. Insensible, irresponsable o falta de empatía sí, pero loca no.
¿Y si él le puso los cuernos y le da apuro contarlo en la primera cita? Sinceramente hay un trecho muy grande entre reconocer que fuiste un mal novio y dejar fatal a tu ex. ¿Y si en realidad todas sus ex se portaron fatal con él y por eso ahora está tan herido? Puede ser, hay personas que encadenan relaciones tóxicas, pero hay palabras mucho más acertadas para describir a un ex que el peyorativo término de “loco” o “loca”.
Poco a poco todas nuestras hipótesis se desmontan y nos damos cuenta de que lo que intuíamos se confirma: llamar a su ex loca dice más de él que de ella.
No seamos hipócritas, todos hemos acabado muy dolidos tras una relación, y el motivo principal suele ser una mala ruptura. Aunque la relación fuese digna de una película de Disney, cuando te dejan compuesta y sin novio, como Lina Morgan, queda un amplio espacio para el dolor.
Un ejemplo muy frecuente es aquel en el que el amor desaparece “repentinamente”. Normalmente no es algo de la noche a la mañana; la relación se va deteriorando poco a poco, pero el polvo se barre debajo de la alfombra. Y un buen día (o malo, según se mire) una de las partes se da cuenta de que ya no quiere luchar por la relación, que requiere mucho esfuerzo y que la soltería u otra persona le llena más. Antes de ser infiel decide cortar por lo sano, y para no hacer daño a su pareja evita frases como “mira, te dejo porque el sexo es horrible” o “te tengo cariño, pero te dejo porque no te soporto”. Suenan mejor los eufemismos. Y aunque el desolado novio sabe perfectamente que la relación estaba abocada al fracaso y que eran más compañeros de piso que pareja, se lleva las manos a la cabeza. “Fue totalmente inesperado”, “éramos la pareja ideal”, “seguro que me puso los cuernos”, “mi ex estaba loca” y otras lindeces se convierten en las frases más utilizadas de su diccionario personal.
Como vemos, “loca” pasa a ser sinónimo de “persona que me dejó sin estar yo de acuerdo, pero con la que pasé unas semanas/meses/años increíbles”. Olvidamos todo lo bueno de la relación y condenamos a una buena persona a ese lastre sólo porque no estábamos de acuerdo con la decisión de romper. ¡Ojo! Nadie te obliga a llevarte bien con tu antigua pareja, pero tampoco puedes pintarla como un diablo sólo porque fue sincera.
Hay excepciones, no podemos generalizar. Algunas personas han vivido auténticos calvarios con sus ex porque la relación estaba marcada por los celos, la posesividad, la dependencia emocional y las faltas de respeto. Sin embargo, no es el caso de la mayoría de exnovias locas.
Como hemos visto, este término peyorativo suele implicar una historia totalmente distinta a lo que se nos intenta vender: “me dejó sin previo aviso”, “me puso los cuernos” o “pasaba de ella y acabó mandándome a paseo”.
Pero entonces, ¿cuándo empatizar y cuando huir ante esta red flag con luces de neón y tipografía siniestra? Si te pilla de nuevas, la victimización intrínseca a la frase “mis ex están locas” te hará efecto. Es entonces cuando debes indagar un poquito. Pregunta por qué y no temas llevar la contraria. En el peor de los casos pasarás a ser una más de esa larga lista ya que, citando a Tina Fey, “tengo la sospecha de que la definición de loca es la de una mujer que sigue teniendo voz cuando un hombre ya no quiere acostarse con ella”.