Durante la pandemia de coronavirus estamos observando a muchas personas que, pese a estar en contacto con positivos de covid-19, no llegan a infectarse y dar positivo en las pruebas a las que se someten, mientras tanto, otras se contagian muy fácilmente.
El catedrático de Inmunología de la Universidad de Valladolid Alfredo Corell ha señalado a Infosalus que esto podría ser porque hay personas que pueden tener un grado de inmunidad, y el virus no les hace ningún efecto. También podría deberse a que presentan una evolución asintomática de la enfermedad y no se dan cuenta de que pasan la infección. Otra opción es el nivel de protección que han adquirido frente al SARS-CoV-2 gracias a las vacunas, más la inmunidad natural del individuo.
Otra de las razones sobre las que apunta este experto es que se haya pasado otro coronavirus de catarro, frecuente en los meses de invierno, que de alguna manera produce un grado de protección frente a la infección por coronavirus. Igualmente, Corell mantiene que la genética de una persona puede 'funcionar' mejor en este sentido en unas personas que en otras.
Al mismo tiempo, menciona que existen personas más o menos contagiadoras. "Se cree que más o menos el 10% de quienes tienen el virus son los responsables del 80% de contagios; en cambio, un 90% son muy poco contagiadores. Hay una persona que igual contagia a 20 y otros a nadie o a uno. No todo el mundo que tiene el covid es contagiadora. Depende de la genética del conviviente, del nivel de protección ganado con la inmunidad natural y con las vacunas", apostilla el catedrático.
Por otra parte, la doctora Yvelise Barrios, vocal de la Sociedad Española de Inmunología, cuenta a Infosalus que, según publicaciones científicas recientes de finales de 2021, se ha estudiado a trabajadores sanitarios que conviven con personas positivas en covid, pero que nunca ellos positivizan, para ver cuándo se contagiaban y cuándo no.
"Esto se conoce como 'infecciones abortivas', porque sabemos que han estado conviviendo con positivos, pero ellos nunca tienen esta positividad en las pruebas diagnósticas y nunca vemos los anticuerpos para saber que han pasado ese contacto de forma asintomática", señala.
A su juicio, el análisis realizado sobre este grupo es muy interesante porque se han verificado las poblaciones celulares T específicas de estos individuos frente a diferentes partes del virus SARS-CoV-2 y se ha constatado que en estos grupos de personas, llamados como 'controladores rápidos de la infeccion', hay células T dirigidas contra una parte del virus que es la polimerasa, "su maquinaria de replicación".
Sostiene también que hay otros coronavirus que hemos estado en contacto con ellos desde antes del covid, y esa inmunidad celular generada frente a ellos podría también proteger a individuos. "No sabemos a cuáles sí o no, pero sí se intuye que esta inmunidad de base podía reaccionar frente a este nuevo coronavirus y estar en la base inherente de ciertas personas", agrega Barrios.
La doctora hace referencia a aquellas personas que se contagian porque dan positivo en las pruebas diagnósticas pero que no desarrollan síntomas, o tienen una enfermedad muy leve: "Esto sería un grupo de personas con un sistema inmune innato muy potente, que es el que actúa en los primeros días de infección, aunque es menos específico, pero que supone la primera línea de defensa frente a cualquier infección y es especialmente importante cuando nos referimos a infecciones por virus", manifiesta.
Según prosigue la especialista en Inmunología, sabemos que en estas personas que se infectan pero que no tienen síntomas o tienen esta sintomatología leve podría suceder que esa parte del sistema inmune innato sea muy potente.
En este punto, recuerda que esta infección del SARS-CoV-2 se ha caracterizado desde el principio por poder contagiar a otros a pesar de no presentar síntomas; un punto que ómicron ha variado respecto a otras variantes del virus, y actualmente se presenta gracias a ella un periodo de incubación más corto que con delta. "Sí que está claro que incluso antes de aparecer los síntomas desafortunadamente hay un periodo de días, que varía entre dos y cuatro, en los que la persona no tiene síntomas, no sabe que tiene la infección y que puede estar contagiando", agrega.
Sobre hasta qué día de la infección se puede contagiar, la doctora precisa que se sabe que los cinco primeros son los de mayor probabilidad de contagio, si bien afirma que es una cosa que "se basa en estadísticas", y se establece por ahora hasta el séptimo día el aislamiento "porque es el mayor periodo de probabilidad". También alerta de que puede haber personas que contagien más días o incluso menos días; por eso, remarca el uso de las mascarillas FFP2 para evitar que esta variabilidad afecte al contagio de convivientes o de personas con las que nos relacionamos.
Sobre si las vacunas impiden el contagio, Barrios subraya que no lo frenan, aunque sí lo modulan: "Ahora hay grandes estudios en vida real, que es donde se ve el impacto de la reducción de contagios, y sí se sabe que aunque no elimina la posibilidad de contagiar, sí que parece que contagiarías menos días".
En su opinión, es "bastante polémico" lo de la carga viral en vacunados, pero resalta que lo cierto es que en estudios en vida normal se ha demostrado que en familias con más personas vacunados la capacidad de extensión del virus es menor.
"Bien por que sea menos días los que se contagia, o porque hay menos carga viral, sí es cierto que hasta cierto punto la vacunación influye en la capacidad de contagio, pero también hay que dejar claro que los vacunados también se pueden contagiar como se está viendo en esta última ola, pero están protegidas frente al desarrollo de enfermedad grave, que es lo relevante de las vacunas", sentencia la vocal de la Sociedad Española de Inmunología.