¿Te pone que te insulten en la cama? Una psicóloga nos habla de esta parafilia tan común que sigue siendo tabú

  • ¿Por qué las parafilias son consideradas un tabú? Explicamos la influencia de la educación represora y el papel del machismo en nuestros gustos sexuales

  • El placer obtenido de insultar y/o ser insultado en el acto sexual es muy común, pero no tiene nombre: “En inglés se denomina 'dirty talking', pero en español hay un vacío lingüístico en torno a esta práctica”

  • Una psicóloga propone varias pautas para disfrutar de esta parafilia con respeto, consenso y confianza

El sexo abarca muchos aspectos: confianza, intimidad, pasión desbordante, respeto mutuo, consentimiento y libertad. Cada persona lo vive de una forma. Al igual que algunos disfrutan plenamente de las prácticas ‘vainilla’ o, en otras palabras, convencionales, hay quienes van un paso más allá. Ambos casos son totalmente respetables siempre y cuando todas las partes implicadas disfruten.

El tabú de las parafilias

Inevitablemente, hablar de sexo implica sacar a la palestra las parafilias. Todos tenemos, la diferencia es que algunas están mejor vistas, y otras son consideradas un tabú. Pero, ¿de qué depende esto?

En primer lugar, de la educación represora que todos hemos vivido. Aunque esta dinámica está cambiando, el sexo siempre se ha considerado algo que sólo tiene cabida en las cuatro paredes de un dormitorio. Creemos que está mal pensar en sexo, hablar de sexo o incluso disfrutar del sexo.

En segundo lugar, del machismo que afecta a todos por igual. Para entenderlo, el mejor ejemplo es el sexo anal. En el caso de las mujeres, es una práctica normalizada. Habrá quién la disfrute más y quién menos, pero no es motivo de vergüenza. En cambio, son muchos los hombres heterosexuales que se niegan a probar el sexo anal por prejuicios como que ‘serán menos hombres’, lo cual refleja no solo sexismo, sino también una fuerte homofobia.

Si la educación represora y el machismo afectan a la sexualidad en general, cuando entran en juego las parafilias todavía más.

Insultos en la cama: una parafilia tremendamente común, pero sin nombre

Resulta curioso que exista la belonefilia (excitación por las agujas), dacrifilia (excitación por las lágrimas), soccufilia (excitación por las personas zurdas) o la tafefilia (excitación por ser enterrado vivo), pero no haya ninguna palabra para referirnos al placer obtenido de insultar y/o ser insultado en el acto sexual.

En inglés se denomina dirty talking, pero en español hay un vacío lingüístico en torno a esta práctica. Sea como sea, es muy habitual y tiene explicación:

  1. Las palabrotas normalmente son algo reprochable. Durante el sexo, sentimos una liberación total. Estamos desnudos y sujetos a la pasión, da igual lo que digamos. Es el momento de desinhibirnos, y eso no sólo implica hacerlo de forma física, sino también oral (y no cómo estás pensando). Los insultos son otra forma más de desmelenarnos de las ataduras morales del día a día.
  2. ¿Influye la pornografía? Sin duda alguna. Para muchas personas, el porno es un referente en cuanto al sexo. Desde la adolescencia consumen este tipo de vídeos y aprenden qué prácticas son más ‘normales’. Por ejemplo, eyacular en la cara de la mujer sin avisar, el sexo anal sin lubricación previa o las agresiones físicas y verbales sin venir a cuento.Ojo, en un ambiente consensuado no hay ninguna práctica sexual mala, pero este tipo de vídeos suelen denigrar a la mujer y enseñan a los jóvenes que no pasa nada por ello, que no es necesario respeto ni consenso para desviarse del sexo vainilla, y que el rol activo siempre corresponde al hombre y el pasivo a la mujer.
  3. En último lugar, es importante hablar de nuestras experiencias sexuales. Si estás haciéndolo con tu pareja, te insulta y tienes un orgasmo, probablemente asociarás el insulto al orgasmo. Con el tiempo, al repetir está dinámica la relación entre las palabrotas y el placer se hará más sólida. Este proceso se denomina condicionamiento y puede explicar un gran número de parafilias.

Insultar en la cama: ¿sí o no?

Si estás planteándote practicar el dirty talking, debes tener claras varias cosas:

  • En cualquier momento puedes cambiar de opinión. Si te sientes incómodo al insultar, no tienes que forzarte a ello. Lo mismo sucede si te molesta que te insulten en la cama. Esto es una práctica más, no una obligación.
  • El after care es muy importante. Cuando introduces en tu vida sexual prácticas relacionadas con el BDSM, es fundamental cuidarte y cuidar a tu pareja antes y después del sexo. Preguntaos mutuamente cómo os sentís, decid lo que no os ha gustado y daros un extra de mimos.
  • No te sientas presionado por nadie. Esto es como la típica frase de madre: "Si tu amigo se tira por un puente, ¿tú también lo harías?". Da igual que a tu mejor amigo el flipen los insultos o que tu novia lo hiciese con su ex y tuviese orgasmos apoteósicos. Si a ti no te gusta, no te culpes.
  • La comunicación es muy importante. Pregúntale a tu pareja qué le gustaría oír de tu boca y dile lo que a ti te excitaría escuchar. De lo contrario será como andar a ciegas.
  • Empieza poco a poco. No tienes que ser el más pro del dirty talking la primera noche. Progresa gradualmente sintiéndote cómodo a cada paso.

Reactivar el deseo sexual

Tanto en relaciones de pareja, como a nivel individual, a veces es normal pasar por fases en las que se tenemos menos libido sexual. Incluso hay situaciones como la que estamos viviendo ahora (una pandemia mundial) que también hacen que tengamos menos ganas de tener relaciones. Por eso, en Yasss te dejamos por aquí unos consejitos para volver a reactivar el deseo: