Quiero aprender a estar solo, pero no sé cómo: 5 planes para logar disfrutar de tu tiempo a solas
¿Conoces los beneficios de la soledad? Mejora tu autoestima, evita relaciones tóxicas y puede ser beneficiosa para tu salud mental
Una psicóloga propone 5 planes para aprender a estar solos: “El objetivo no es que te evadas y estés solo sin darte cuenta de que lo estás, sino aprender a disfrutar de la soledad”
Desde que nacemos hasta que nos independizamos, la soledad es un bien tan preciado como escaso. Nos acostumbramos a pasar la mayor parte del tiempo con nuestros padres o, en su defecto, con amigos y esos primeros amores. Por eso los momentos en solitario se valoran tanto. Después toca volar del nido para estudiar en la universidad y comenzar la vida adulta (o al menos intentarlo), y son muchas las personas que descubren que aquel tiempo a solas que antes ansiaban, ahora les agobia.
Aunque los seres humanos somos sociales, es decir, necesitamos compañía, a la hora de la verdad vivimos en una sociedad individualista. Al independizarnos lo habitual es compartir piso, pero tener una habitación única y exclusivamente para nosotros solos. Además, los cambios en nuestro estilo de vida tras la pandemia han aumentado esta tendencia a la soledad. Estudiamos, trabajamos y nos distraemos o bien a solas, o bien en grupos pequeños. Por eso es tan importante no sólo tolerar la soledad, sino aprender a disfrutar de ella.
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Los beneficios de estar solo
El primer paso para disfrutar estando solo es ser consciente de los beneficios del a soledad:
- No sobrecargas tu agenda con planes vacíos. Son muchas las personas que no toleran la soledad, así que quedan con gente a la que no le apetece ver y se embarcan en actividades que les desagradan solo para “hacer algo”.
- Tu felicidad deja de depender de los demás. Cuando disfrutamos de la soledad, nosotros nos volvemos nuestra compañía favorita. En consecuencia, la felicidad deja de depender de la aprobación externa o de la presión social.
- Las relaciones de pareja son más sanas. La intolerancia a la soledad puede provocar un exceso de relaciones liana. Es decir, encadenamos parejas y parejas sin tiempo para sanar nuestras heridas emocionales.
- Dedicas más tiempo a tu autoconocimiento. Los momentos de soledad son ideales para descubrir cómo nos sentimos y, lo más importante, por qué nos sentimos así.
- Descansas del estrés diario. Aunque los planes con amigos son ideales para desconectar, de vez en cuando es fundamental pasar tiempo a solas para recargar las pilas y descansar del ritmo de vida frenético que llevamos a diario.
Cómo aprender a estar solo: 5 planes fáciles y motivadores
Ahora que ya conoces los beneficios de estar solo, es hora de ponerte manos a la obra. Para ello vamos a ver diez planes que tienen algo en común: no buscan la distracción. En otras palabras, el objetivo no es que te evadas y estés solo sin darte cuenta de que lo estás. Lo que debes lograr es pasar tiempo a solas disfrutando de la soledad.
- Escribe un diario Escribir un diario es una actividad muy beneficiosa para nuestra salud mental. En primer lugar, nos ayuda a externalizar nuestras emociones, siendo conscientes de problemas que no sabíamos ni que teníamos. Por otro lado, ordena lo que sentimos y vivimos. Puedes hacerlo a papel y bolígrafo, o bien a ordenador si te resulta más cómodo. Tampoco tienes que seguir una estructura concreta. No es necesario que escribas lo que ha pasado en tu día, también puedes inventarte historias, dar vida a tus fantasías o hablar abiertamente de tu futuro. Ese diario es solo tuyo, así que tú pones las reglas.
- Abúrrete en casa ¿Cuántas personas están tan acostumbradas a ser productivas que han olvidado cómo es aburrirse? Si eres de los que necesita llenar sus días libres de mil actividades como limpiar, ver una película, quedar con amigos y hacer deporte, ya es hora de tumbarte en el sofá y no hacer nada. Ni móvil, ni Netflix, ni videojuegos. Empieza poco a poco. Primero, quince minutos. Después treinta. Y así hasta que te sientas cómodo practicando el viejo arte de aburrirte.
- Da un paseo No se trata de hacer ejercicio ni de ponerte los cascos y evadirte del mundo, sino de conectar contigo mismo y sentir el mundo que te rodea en todo su esplendor. Ponte unas zapatillas cómodas y piérdete por la ciudad o en el campo. Centra tus sentidos en lo que escuchas y haz paradas de vez en cuando. Siéntate en un banco, observa a la gente que te rodea, a los animales o a los sonidos que normalmente pasan desapercibidos, y escucha tus emociones en ese momento.
- Merienda fuera de casa Algo que nos agobia mucho es sentarnos en una terraza o comer a solas. Pensamos que los demás nos van a juzgar, cuando en realidad a nadie le importa si estamos solos o acompañados. Una forma de romper esta creencia es desayunando o merendando de vez en cuando solos. Puedes prepararte la comida en casa y disfrutarla en un parque o cerca del río, o acercarte a una terraza y pedir un tentempié agradable. Sólo hay una regla: deja el móvil de lado. No hace falta compartir este momento en Instagram, es sólo para ti, no para tus followers.
- Practica la conciencia plena La conciencia plena o mindfulness consiste en centrarnos únicamente en lo que estamos experimentando o sintiendo en el momento, sin juzgar ni intentar controlar nuestra menta. Aunque requiere práctica y a menudo un profesional que nos de las pautas apropiadas, sí que podemos realizar pequeñas tareas de conciencia plena. Una de las tareas más comunes es centrarnos en nuestra respiración. Ponte cómodo, cierra los ojos y presta atención a tu respiración. Como el aire entra por tu nariz, viaja hacia tus pulmones y llena tu cavidad abdominal. Repite este patrón varias veces hasta que logres relajarte. También puedes practicar la conciencia plena mientras te duchas, notando como el agua roza tu cuerpo y atendiendo a los olores de los productos de baño, e incluso cuando friegas los platos o haces la comida.