Igual que la piel de la cara o de las manos se cuida durante todo el año, los pies en verano quedan al descubierto y hay que protegerlos de los agentes externos que antes protegía el calcetín de turno. Las sandalias son muy bonitas, pero pueden sacar lo peor de ti si se ven los pies secos, con ampollas o preocupantemente gordos. Y no solo por lo antiestético que puede quedar: es muy peligroso no hacer caso a las molestias en los pies porque pueden degenerar en una afección aún peor. Pon mucha atención si notas:
· Hinchazón exagerada
Lo vas a notar porque no podrás cerrar la hebilla de las sandalias. Después de pasearlos a los 35ºC de la calle, la circulación de la sangre va a ser más rápida y esto producirá hinchazón en las extremidades y presión en los nervios causando mucho dolor.
· Pie de atleta
Se trata de una infección de hongos que enraíza en los pies al estar en contacto con la humedad y el ambiente cálido. Las piscinas, los vestuarios, las duchas de la playa, los chiringuitos… todos conservan las características perfectas para el crecimiento del hongo. Los síntomas son rojeces, ardor y escozor. Si el hongo coloniza las uñas, estas acabarán mostrando partes decoloradas y se despegarán de la carne.
· Verrugas plantares
Científicamente, se llama papilomavirus y son verrugas, causadas por el virus del papiloma humano, que crecen en la planta de los pies. El virus se contagia de piel a piel y se origina por el contacto del pie con zonas calientes y húmedas como saunas u objetos con las mismas características, como toallas mojadas.
· Ampollas
Meter el zapato con una de estas es una auténtica tortura. Son pequeñas bolsas, dolorosas e incómodas, que guardan líquido, llamado suero o plasma. Pueden aparecer a cualquier edad y en cualquier persona, solo hace falta una clara exposición a temperaturas extremas. Si aparecen es bueno desinfectarlas y, si te atreves, perforarlas con un alfiler desinfectado hasta extraer la pus.
· Durezas
Los rayos del Sol, además de broncear, resecan sobremanera la piel, y más concretamente, los recodos más sinuosos, como los talones o los dedos de los pies. Esta falta de hidratación excesiva por el calor hace que la piel reaccione generando más queratina de lo habitual y formando durezas. Limarlas con piedra pómez y embadurnarlas con crema hidratante son los primeros pasos.
Junto con la hiperqueratosis se pueden formar las grietas interdigitales en los dedos por el exceso de sudoración.
No compartas toalla ni chanclas, seca los pies a conciencia del sudor y después de los baños en la piscina, y acude al médico si encuentras alguna de estas dolencias en tus pies.