Los niños también se contagian del coronavirus aunque los efectos que en ellos produce sean más leves que en los adultos, aunque ya se sabe que más importantes de lo que se creyó en un principio. Y son, contagiadores claros y más aún de la gripe. Y la combinación de ambas puede ser letal para el sistema. La diarrea y la fiebre pueden ser síntomas de coronavirus en los más pequeños, pero también lo puede ser de la gripe.
Pediatras reunidos en el encuentro 'Medidas ante una segunda oleada de Covid-19' que ha cerrado el ciclo de 'Jueves con la Ciencia', organizado por la Asociación Española de Pediatría (AEP), han avisado de que una segunda oleada de contagios del nuevo coronavirus va a provocar un otoño "complicado" a nivel asistencial.
"Las instituciones sanitarias deben desarrollar estrategias para asegurar la adecuada protección de los profesionales sanitarios, piedra angular en la detención de esta pandemia", ha comentado la responsable de Hospitalización Pediátrica del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, Rosa Rodríguez Fernández, En concreto, a los pediatras les preocupa la presión asistencial que puede suponer el hecho de que pudieran coincidir en el tiempo una segunda oleada de Covid-19, el virus respiratorio sincitial (VRS) y la epidemia de gripe. En el caso de la gripe, los niños son una población ampliamente afectada por este virus, además de unos grandes contagiadores de la misma, pudiendo poner en peligro a los adultos ya de por sí vulnerables a la COVID-19.
Por otro lado, la incidencia de ingresos hospitalarios en niños menores de un año por el VRS en España es de 40,2 casos/1.000 niños/año, y tiene un coste directo de la hospitalización superior a los 3,6 millones de euros anuales, lo que supone un impacto económico muy importante para la sociedad.
"La superposición y similitud de los síntomas hace imprescindible el diagnóstico virológico rápido en el laboratorio de Microbiología. Además, la presencia de uno de los tres virus no excluye la de los otros. Si algo nos ha enseñado ya esta y otras pandemias es que las medidas preventivas de distanciamiento social, uso de mascarillas y lavado frecuente de manos, ayudan a prevenir no solo la Covid-19, sino también el resto de virus respiratorios", ha añadido Rodríguez Fernández.
Otras medidas preventivas aconsejadas por los pediatras, con objetivo de hacer frente a esta "tormenta perfecta" de virus de cara al otoño, pasan por la vacunación frente a aquellas patologías para las cuales existe ya inmunización, como es el caso de la gripe o bien los anticuerpos monoclonales frente al VRS en pacientes de riesgo.
A este respecto, la doctora ha recordado la importancia que, llegada la temporada, se vacunen frente a la gripe "las mujeres embarazadas, los niños entre 6 meses y 5 años, aquellos niños que tienen alguna patología crónica o de base y, por supuesto, los profesionales sanitarios.
"En la primera oleada de Covid-19 en primavera, no hubo escasez de camas en las unidades de cuidados intensivos pediátricos, sin embargo, esto podría llegar a ocurrir si coexisten los tres virus respiratorios mencionados en el otoño-invierno, ya que en el caso del VRS hasta el 15% de los niños ingresados en el hospital necesitan UCIP y en algunas series entre el 5-7 por ciento en gripe", ha enfatizado Rodríguez Fernández. Por ello, la doctora ha destacado la importancia de que los centros sanitarios se doten de mayores recursos humanos y materiales para poder hacer frente a esta situación de manera exitosa llegado el caso, incluyendo más camas de hospitalización pediátricas y en las UCIPs.
Al igual que han hecho sus colegas homólogos en adultos, en opinión de esta experta los pediatras especialistas deberían conformar equipos multidisciplinares, coordinados por pediatras internistas e infectólogos que son los especialistas pediátricos responsables de esta patología hospitalizada.
De igual manera, la experta ha destacado la necesidad de que los profesionales sanitarios entrenen, con objeto de mantenerse a salvo de contagios, practicando la puesta y retirada de EPIS y conociendo los protocolos de seguridad del centro asistencial donde desarrollan su labor.
Parte de esta preparación de los centros, explica, pasa por adecuar las estructuras hospitalarias diseñando nuevos circuitos diferenciados, limpios o contaminados y sectorización de las plantas de hospitalización, habilitando salas de pre-alta y pre-ingreso, adaptando las consultas pediátricas y organizando la actividad quirúrgica programada la epidemia.
"En este nuevo orden hospitalario merece la pena prestar especial atención a aquellos pacientes pediátricos especialmente vulnerables por sus patologías previas o crónicas, con ellos deberá priorizarse siempre que sea posible la e-consulta de alta resolución y multidisciplinar. En caso de que estos pacientes deban acudir presencialmente al hospital, lo correcto sería que no deambularan por el centro y que su estancia fuera lo más breve y eficiente posible", ha dicho la doctora Rodríguez.
A su juicio, sería "ideal" espaciar las citas presenciales al menos 30 minutos entre ellas, evitando así, que coincidan pacientes a la entrada y salida de la consulta o posibles aglomeraciones en las salas de espera. "Esta situación creada por la epidemia COVID19, nos ha demostrado que los pediatras podemos trabajar de otras manera y ser igualmente eficaces", ha apostillado la doctora.
"Con esta nueva reordenación de la asistencia sanitaria, apostilla, toma un protagonismo especial la consulta domiciliaria, o incluso la hospitalización domiciliaria de los pacientes crónicos, siendo una oportunidad de oro que no se debe "desaprovechar" y que "beneficia" a los pacientes y sus familias, evitando que los niños de mayor riesgo acudan al hospital cuando sea posible", ha recalcado la presidenta de la AEP, doctora Mellado.
En caso de hospitalización, las expertas han abogado por realizar un cribado universal PCR rápido a todos los ingresados y programar circuitos diferenciados, así como marcar una sectorización de las plantas de hospitalización y establecer varios turnos de altas, de modo que la atención a la patología habitual y a la Covid-19 se realice con elevados estándares de calidad y seguridad.
Otro punto que ha destacado es la necesidad de cubrir aquellas necesidades de rehabilitación o atención temprana que durante la primera oleada quedaron en suspenso, así como los posibles efectos psicológicos y de estrés que esta prolongada situación puede causar en los más pequeños.
"Un último punto a resaltar tras lo vivido en la epidemia Covid-19 en los niños, es que se ha demostrado la necesidad urgente de que las especialidades pediátricas sean reconocidas, ya que el éxito del manejo de estos pacientes pasa por el conocimiento experto de cada disciplina, desde la especialidad de Infectologia pediátrica y pediatra hospitalaria, los responsables principales de los pacientes hospitalizados, pasando por Pediatras intensivistas, pediatras cardiólogos hasta la experiencia de los pediatras de Atención Primaria", ha zanjado Mellado.