Gobiernos y empresas buscan con urgencia una salida a la pandemia de COVID-19 que permita volver a la normalidad social y recuperar el desarrollo económico. Administraciones como la de China, Reino Unido, Alemania o Chile, apuestan ya por implantar un pasaporte de inmunidad ante el coronavirus. En España, la Junta de Castilla y León ya ha anunciado su aplicación a pesar de que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, se ha mostrado contrario a esta idea. Los científicos desconocen por el momento cuánto dura la inmunidad que deja en nuestro organismo el SARS-CoV-2, algo que no ha impedido a empresas de nuestro país (Vottun, PwC y RocaSalvatella) desarrollar una plataforma de soluciones tecnológicas para hacer realidad ese pasaporte sanitario digital.
A la espera de una vacuna contra el COVID-19 o la realización de test masivos a la población que permita reducir el confinamiento y el aislamiento social, las autoridades sanitarias buscan soluciones para volver al trabajo y recuperar la movilidad entre territorios.
China, con un amplio historial de control ciudadano ya condiciona esta movilidad a la verificación a través de códigos QR sanitarios que no solo sirven como pasaporte de inmunidad sino también de vigilancia social. Mediante un sencillo sistema de colores, las autoridades controlan que los desplazamientos solo puedan realizarlos aquellos que no representan un peligro para el contagio de la enfermedad.
En Europa, Alemania y el Reino Unido también apuestan por este pasaporte de inmunidad para desescalonar de forma progresiva las medidas de confinamiento y garantizar una vuelta segura a los puestos de trabajo.
Desde hace dos semanas, el Centro de Investigación de Enfermedades Infecciosas de Braunschweig, Alemania, está realizando de cientos de miles de pruebas de anticuerpos que permitirán a quienes los tengan obtener un "certificado de inmunidad" con el que quedar exentos del confinamiento, según ha informado la revista 'Der Spiegel'.
El epidemiólogo que lidera el proyecto, Gerard Krause, ha explicado que quienes son inmunes "podrían recibir una cartilla de vacunación que les permitiría estar exentos" de las "restricciones para trabajar".
Por su parte, el ministro de Sanidad británico, Matt Hancock, informaba la pasada semana de que las autoridades darán "certificados de inmunidad" a todos aquellos pacientes que se hayan recuperado del Covid-19 y hayan generado anticuerpos.
Así, estas personas podrán salir de casa y volver a hacer "vida normal" a pesar de que haya medidas de cuarentena en vigor, según informaciones del diario local 'The Independent'.
También Chile ha apostado por el desarrollo de una herramienta parecida y ha puesto en marcha un documento digital que permitirá a las personas sanas o inmunes moverse por el territorio nacional atravesando alguna de las 41 aduanas sanitarias instaladas en las ocho zonas del país en las que aún no ha llegado la pandemia.
Organismo internacionales como el FMI o la UE han advertido a España de las graves consecuencias que la pandemia tendrá para nuestra economía. La lucha contra el coronavirus dejará un déficit del 9,5 % del PIB y situará la deuda pública por encima del 110 % en 2020.
Para evitar este escenario las autoridades buscan soluciones para relajar las duras medidas de confinamiento y permitir una rápida vuelta de los trabajadores a sus empresas sin que ello ponga en riesgo la lucha para parar los contagios de COVID-19.
Una de las primeras propuestas en este sentido la ha lanzado la Junta de Castilla y León. Su consejera de Sanidad, Verónica Casado ha anunciado que emitirán un carnet de inmunidad a quien haya pasado el COVID-19. Asegura que se basan en experiencias que han demostrado que funcionan en otros países y ha señalado que medidas como ésta se están poniendo en marcha en muchas zonas del mundo como Alemania o Singapur.
Para esta responsable sanitaria, se trata de "poner una herramienta al servicio de las personas que en algún momento necesiten acreditar si han tenido o no COVID-19". Además, se ha mostrado "absolutamente segura" de que se contemplará como una de las estrategias en el proceso de "desescalada".
Pero no todos están de acuerdo con este enfoque. Tras el anuncio de la Junta de Castilla y León, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha descartado que a nivel nacional se vaya a crear un carnet de inmunidad a quien haya pasado la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus, el Covid-19.
Los expertos sanitarios creen que es necesaria una herramienta global que permita manejar en tiempo real todos estos datos y más cuando en los próximos días en Gobierno iniciará un estudio de "seroprevalencia" para conocer qué porcentaje de la población ha pasado la COVID-19 en España, con test de anticuerpos que permitan calcular cuántas personas están ya inmunizadas frente al virus.
Se trata de una información clave para comenzar la fase de transición o "desescalada" del estado de alarma, para estudiar cómo se van relajando las medidas, un escenario que esperan que se inicie "en pocas semanas".
Pero la necesidad de recuperar la normalidad productiva está llevando a empresas a aportar soluciones que relajen el confinamiento y ayuden a la vuelta de los trabajadores a sus empresas de forma totalmente segura y controlada mientras se gana la batalla a la pandemia.
Es el caso de la unión de tres empresas como son la 'startup' tecnológica española, Vottun, el gigante de la consultoría PwC y su socio, RocaSalvatella.
Entre los tres han desarrollado un pasaporte sanitario digital para facilitar el acceso al trabajo de los empleados durante la vigencia del estado de alarma y la finalización gradual del confinamiento, de forma que permita introducir y consultar en tiempo real los resultados de los test del Covid-19 a los ciudadanos.
Se trata de apostar por soluciones que ya han sido contrastadas en otros países y que los principales especialistas médicos aconsejan como estrategias válidas para doblarle el pulso al coronavirus: los test masivos a la población.
Cada día, laboratorios hospitalarios públicos o privados o servicios médicos autorizados, realizan en España miles de test para detectar el coronavirus pero este volumen de información no se centraliza ni se comparte. Plataformas como la desarrollada por Vottun permitirían compartir estos datos mediantes certificados verificables a través de dispositivos móviles, mensajes sms o códigos QR impresos.
Para Manuel Martín, de PwC, "con este sistema estos datos puede estar capturados al instante y combinarse con lo que sabemos de la inmunidad de los coronavirus en general o de este en concreto. Si los estudios clínicos aceptados varían los periodos de inmunidad con un simple cambio de parámetro de la aplicación se adaptaría a esa nueva realidad cambiante".
Para Martín Espada, socio responsable de mercados en la consultora, "en un mundo ideal esto debería ser el Estado el que lo proporcionase" y de esta forma podría "certificar qué personas tiene movilidad o cuáles no en función de esos resultados y de dónde se encuentren".
Por que, añade, "una de las ventajas de la tecnología Blockchain en la que está basado este pasaporte sanitario digital, es su accesibilidad, lo que permite una distribución inmediata en los ámbitos o perímetros que decidan las autoridades sanitarias sin que haya que adquirir nuevos dispositivos ni sistemas".
Luis Carbajo, CEO de Vottun, señala una de las grandes ventajas entre esta forma de generar códigos sanitarios de confianza e inmunidad frente al sistema desarrollado en otros países: "La principal diferencia que vemos con China es el tratamiento de los datos de los empleados. El gobierno chino controla de forma total a la población y lo que se ofrecemos nosotros es una solución para tratar esos datos privados con total opacidad y seguridad, permitiendo que se puedan utilizar de una manera eficiente en un entorno laboral y preservando todas las garantías propias de las democracias occidentales".
No se trataría de un registro de los datos sanitarios personales, sino de "un sistema parecido a la tarjeta de embarque en un aeropuerto, dónde el código QR solo te habilita para subirte al avión pero no incluye ningún otro dato personal".
Carbajo recuerda que "este tipo de tecnología permite guardar nuestros datos de manera totalmente segura con unos criterios de propiedades totalmente descentralizados, nadie puede tener el control de ellos salvo el propietario, así que no estarán a disposición ni para un gobierno, ni para un operador en la nube, ya que se tratan de datos de una alta sensibilidad".
Para el responsable de PwC, el interés de la empresas en este pasaporte sanitario digital "es absoluto" ya que ven en él "una herramienta para la vuelta al trabajo y el mantenimiento de la economía", garantizando a sus trabajadores, sus clientes y a la sociedad en general que puede desarrollar su labor en un entorno seguro y por lo tanto puede volver a la actividad".
"Josep Salvatella, CEO de RocaSalvatella está convencido de que es necesario realizar todos los esfuerzos posibles, públicos y privados, para liderar soluciones pioneras e innovadoras que nos ayuden a salir de esta crisis sanitaria y económica".
Cree que la colaboración entre Vottun, PwC y su empresa es un ejemplo de "cómo el país puede también salir adelante desde la innovación, la creatividad y el riesgo, apostando por herramientos de vanguardia tecnológica".