Patricia comenzó a salir con su pareja a finales de 2021. Durante estos meses la relación ha atravesado altibajos y aunque ahora se encuentran en un buen momento, la joven de 28 años confiesa que hay algo que no soporta de él: los comentarios respeto al físico.
“No soy delgada y nunca lo he sido”, relata Patricia, “y me ha costado mucho aceptar mi cuerpo. Fui a una psicóloga cuando estaba en la universidad por esto mismo. Trabajé mi autoestima y aprendí a cambiar algunas cosas que no me gustaban y a aceptar otras”.
Desde que sale con su pareja, Patricia reconoce haber retrocedido en lo que a su autoestima respecta. “Un día me dijo que cotilleando mi Instagram había visto fotos de 2018 y que estaba muy diferente. Le pregunté que a qué se refería y me acabó diciendo que al peso. Esa conversación fue como una puerta que se abrió. Después de eso, me ha ido haciendo más comentarios que a mi no me gustan, y se lo digo, pero me dice que lo dice con cariño, de broma o porque se preocupa por mí”.
Al preguntarle por los comentarios, enumera una lista de anécdotas. “Son cosas tan pequeñas que no te puedes enfadar, pero se van sumando y duelen”, explica. “A veces me compara con otras chicas con las que ha estado, pero de forma muy sutil. Me enseña una foto de Instagram así por casualidad, y como que recalca mucho que está delgada y que vaya tipazo”, una costumbre que provoca en Patricia una gran inseguridad. “También lleva todos los problemas de salud al peso. En enero estuve con gripe y me pilló muy fuerte, y él me dijo que eso era por el peso, que si adelgazase tendría mejor sistema inmune. O si un día me levanto cansada o floja porque tengo la regla, porque estoy medio mala o porque simplemente tengo mal día, me dice también que es por el peso, que adelgazar me daría vitalidad”.
Aunque los tiempos han cambiado y en redes sociales se visibilizan cuerpos diversos, lo cierto es que vivimos en una sociedad que da una importancia sobredimensionada al físico y que, además, machaca a todas las personas que se alejan de ese “ideal de belleza”.
Si eres un chico bajito, mal. Si eres una chica alta, también mal. Si estás gordo o gorda, te dirán que te pongas a dieta. Si eres delgado, te dirán que te faltan unos kilos. Todo es criticable, y cuando esos comentarios vienen de gente cercana, el dolor es todavía mayor.
En el caso del peso, las críticas suelen justificarse con la manida (y falsa) frase de “te lo digo por salud”. ¿Justifica eso cualquier tipo de comentario? En absoluto, porque nadie tiene derecho a opinar sobre nuestro peso. Ni nuestros padres, ni nuestra mejor amiga, ni nuestra pareja ni tampoco nuestro médico a no ser que el peso implique un riesgo real o acudimos a consulta explícitamente por eso. En otras palabras, si vas al médico porque te has hecho un esguince haciendo senderismo, no tiene sentido que te diga “uy, deberías adelgazar”. En cambio, si pides cita porque tú quieres adelgazar, sí tienen cabida los comentarios sobre el peso pero siempre desde la empatía, el respeto y el apoyo constructivo.
¿Y qué ocurre en el caso de la pareja? Que las críticas respecto al físico no tienen jamás cabida. Tu pareja debe apoyarte y fomentar una versión mejor de ti mismo, no hundir tu autoestima.
No es justo demonizar todos los comentarios, ya que hay situaciones en las que pueden ser una manifestación de cariño y preocupación. Imaginate que decides hacer más ejercicio y comer más verduras (porque tú quieres, no para complacer a nadie) y le pides a tu pareja que te apoye. Un día te apetece quedarte en casa, no ir al gimnasio y pedir una pizza familiar con extra de queso. Tu pareja te pregunta si estás seguro/a. Respondes que sí y se acabó la conversación. No insiste y no te juzga.
Entonces, ¿qué tipo de comentarios son una red flag?
Si además son comentarios insistentes, es decir, los ha hecho una vez, le has explicado que te molestan, y sigue repitiéndolos, no solo estamos ante una red flag, sino que podemos hablar de una dinámica tóxica en vuestra relación que acabará hundiendo tu autoestima.
Como vemos, la mejor solución cuando hace uno de estos comentarios es pararle los pies. Dile claramente que no te gusta que diga eso, que te falta al respeto y que te hace daño. Si vuelve a hacerlo, no lo pases por alto. Cualquier persona merece estar junto a alguien que le aporte seguridad, confianza y paz mental.