¿Afecta la pandemia a las ventas de antibióticos y, si es así, en qué sentido? ¿Existe alguna relación entre ambas cosas? A esta y a otras preguntas es posible dar respuesta a través de las distintas estadísticas sobre consumo de medicamentos que se llevan a cabo cada año. En el caso de 2020, existen diversos estudios en los que se analiza el impacto de la crisis sanitaria en el mercado farmacéutico. ¿Cómo ha afectado la pandemia a las ventas de antibióticos?
Tal y como recoge la distribuidora farmacéutica Cofares en su informe de tendencias sobre 2020 (‘La farmacia en tiempos de la pandemia’), durante el periodo de tiempo que coincide con la segunda ola (de septiembre a noviembre de 2020) se confirmó una disminución en la demanda de antibióticos con respecto al año anterior, que podría explicarse por varios motivos.
Así, se ha reflejado una tendencia a la baja en la demanda de este tipo de producto en la farmacia: en relación con los antibióticos, en el periodo de septiembre a noviembre de 2020, el consumo ha decrecido un -27,8 por ciento con respecto a 2019.
Por su parte, los productos probióticos -un tipo de suplemento que contiene microorganismos vivos, bacterias o levaduras- también han disminuido al mismo ritmo. Es habitual la recomendación de suplementos probióticos junto a la prescripción de antibióticos para minimizar su efecto en la flora intestinal. En concreto, la caída en sus ventas fue de un -33,4 por ciento con respecto al periodo septiembre-noviembre 2019.
Por otro lado, y mientas el consumo de antibióticos y probióticos descendió drásticamente en los últimos tres meses del pasado 2020, en el caso de los antidepresivos y los ansiolíticos, el efecto de la pandemia ha sido justo el opuesto.
Cofares resalta que “la tendencia al alza en la demanda de productos antidepresivos se observa tanto desde el inicio de la pandemia en el mes de marzo como en la segunda ola”. De este modo, en el periodo de marzo a noviembre de 2020, la demanda de fármacos considerados antidepresivos incrementó un 4,8 por ciento con respecto al mismo periodo de 2019. Si analizamos qué ha ocurrido en el periodo de septiembre a noviembre de 2020 (coincidiendo con la segunda ola) el aumento de antidepresivos fue del 5,9 por ciento con respecto a 2019, lo que podría explicarse por el concepto de “fatiga pandémica” entre la población que la propia OMS ha destacado.
En cuanto a valerianas y somníferos, su consumo aumentó un 23,3 por ciento de marzo a noviembre de 2020 con respecto a 2019. Observando el periodo de septiembre a noviembre de 2020, el aumento se situó en el 8,5 por ciento con respecto a 2019.