El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se ha adelantado a todos y ha avanzado que su Gobierno planteará de forma inminente abordar la supresión de la obligatoriedad de llevar mascarilla en espacios abiertos, algo que pretende que cristalice antes de que acabe el mes de junio para que pueda ser efectivo en el mes de julio.
Durante su intervención en el acto institucional del Día de Castilla-La Mancha, García-Page ha dicho que en todo caso se trata de un extremo que quiere afrontar "con coherencia nacional" y previo planteamiento al Gobierno de la nación de la mano del resto de autonomías. Todo ello para que sea una "decisión madura" a tomar en las próximas semanas y antes de que se cumpla un año de que entrara en vigor el uso obligatorio de este material sanitario.
Esto es posible, ha apuntado, "gracias a un proceso de vacunación enormemente positivo" que le hace ser "optimista". "El pueblo español ha cumplido, con la forma de ser que tenemos, pero ha cumplido como pocos en Europa. Sinceramente, en sus casas y fuera de ellas. Y esto merece dedicarles un reconocimiento", ha señalado el presidente manchego.
Desde el Gobierno Balear, la presidenta Francina Armengol, no ha sido tan definitiva sobre la flexibilización del uso de la mascarilla, asegurando que esta "es una discusión que se deberá tener en el ámbito técnico y político, así como una decisión que se tendrá que tomar "de forma compartida y según la incidencia de cada comunidad".
Rafael Ortí, presidente de la Sempsph, apunta al fin del uso de la mascarilla protectora en espacios al aire libre cuando nuestro país alcance la perseguida inmunidad de grupo. “La mascarilla la dejaremos cuando un 50 o un 70 por ciento de la población esté vacunada, dependerá del ritmo de la vacunación. Quisiera creer que para el verano, en agosto, esto suceda”, ha afirmado Ortí.
Julián Domínguez, jefe del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario de Ceuta y miembro de la Sempsph, coincide con Ortí sobre el número de vacunados necesario para eliminar esta medida preventiva, aunque es menos optimista y aplaza hasta fin de año esta posibilidad. “Esto podría pasar a finales de año como mínimo. Podremos estar así cuando tengamos una inmunidad poblacional de un 50 o 70 por ciento. Si la incidencia acumulada empieza a reducirse de una forma importante, en ese momento habría que plantearse, pero no en distancias cortas, sino en espacios públicos abiertos”, ha asegurado Domínguez.
Por su parte, el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC), abre también la posibilidad a relajar el uso de la mascarilla entre todos aquellos que hayan recibido las perceptivas dosis de las vacunas, según un nuevo documento de recomendaciones sanitarias. Este organismo plantea ya que las personas vacunadas completamente puedan ir sin mascarillas y sin necesidad de distancia. También podrán dejar de usarla aquellas personas sin patologías de riesgo cuando estén con personas vacunadas.