La depresión será en 2020 la segunda causa de discapacidad en países industrializados. Junto con la ansiedad y el estrés, causa tantas o más muertes que el cáncer y el sida. Y sí, las personas que se enfrentan a pruebas tan exigentes como las oposiciones y el MIR son 'víctimas propicias' de estos males. Este año es de oposiciones. Las personas con mayores grados de autoexigencia, autocrítica insana y perfeccionismo, sin duda, son las que más sufren. La evidencia demuestra que ellas lo padecen más que ellos aunque se desconoce si se debe a factores biológicos o genéticos, a factores socioculturales o a factores medioambientales y de experiencias vitales.
Un estudio elaborado por un grupo de expertos de la Universidad de Granada (UGR) determinó en 2014 que la mayoría de los estudiantes licenciados en Medicina que se presentaron al examen de oposiciones para ser Médico Interno Residente (MIR) sufrieron estrés crónico y ansiedad. Una mayoría convive con ellos, pero los que no, presentan síndromes como el burnout y tienen problemas de rendimiento y de salud tanto física como mental: dejan de presentarse a los exámenes o no pueden hacerlos por tener nauseas, vómitos o diarrea sólo con intentar entrar en el aula.
La realidad es que la vida es un cúmulo de retos y las pruebas de evaluación no van a desaparecer. En el colegio, en la universidad, en las oposiciones, en las pruebas de selección en el trabajo, exámenes psicotécnicos...La ansiedad provocada por la evaluación se ha convertido en un importante problema. Y real.
Cómo saber que los nervios habituales y positivos antes de una prueba van más allá de lo normal. Molestias gástricas, nauseas, vómitos, diarrea, dificultad para conciliar el sueño, dolores de cabeza, tensión muscular, respiración rápida y superficial son algunos de los síntomas desde el punto de vista físico. Mentalmente la continua comparación con compañeros, la excesiva autocrítica y no dejar de pensar en las consecuencias de un fracaso son algunas señales preocupantes. Desde el punto de vista del entorno, aunque las intenciones puedan ser buenas, frases como “de este examen depende tu futuro”, no ayudan.
Cierto que las oposiciones o el MIR son exámenes especiales en los que el nivel de concentración debe ser mayor y el impacto en el cuerpo y la mente de su preparación se incrementa.
Alejandra Koeneke, doctora en neurociencia y profesora de Psicología en la Universidad Europea, desvela a Informativos Telecinco algunas claves para enfrentarse a este tipo de exámenes sin jugarse la salud. Son estas:
La experta destaca como primer punto el camino recorrido antes de llegar al momento del examen: la preparación. "Esta debe venir de meses, incluso años atrás, sobretodo en cuanto a oposiciones se refiere. Durante todo ese tiempo la persona debería haber llevado una rutina de estudio, pero
también de higiene física y mental. Como hacer deporte, relajación, meditación o mindfulness
comer bien y mantener actividades denominadas reforzantes como hobbies, quedar con amigos...
Pegarse el atracón y repasar hasta el último momento no es productivo. "Desde el punto de vista lógico, repasar todo un temario que ha llevado meses estudiarlo es una medida un tanto irracional . Desafortunadamente, sin embargo, cada persona gestiona la ansiedad y emociones de la manera que puede y sabe".
La realidad es que para muchos estudiantes repasar los momentos justos antes del examen actúa más como una "medida ilusoria de que se está haciendo todo cuanto se puede y de esta manera aplacar el desbordamiento emocional (de la sobre-exigencia o el “nunca es suficiente”). Hay que tener cuidado, además, que no haga el efecto contrario; y la persona se angustie más porque verifique que hay puntos del temario que no se sabe correctamente", señala Koeneke.
Sería más inteligente dedicar "las 24 horas antes son para relajarse, aceptar y apreciar el esfuerzo que se ha hecho hasta ese momento y mentalizarse en que tan importante es mantenerse tranquilo, descansado y bien alimentado en esos últimos momentos antes de llegar a la línea de meta".
Una de las realidad cuando uno habla con un opositor o estudiante de MIR es que no han pegado ojo en toda la noche anterior del examen. Cómo evitar esa angustia. Koeneke destaca antes de nada la importancia de dormir bien la noche anterior al examen, no es un tópico y no cambiar rutinas que nos den tranquilidad y paz mental. "Llegados a este punto, lo hecho, hecho está. Hay que aceptar y acoger el esfuerzo hecho. De tal forma que debemos tomar conciencia de que lo que queda son los últimos pasos hacia la meta. Debemos valorar el esfuerzo hecho, independientemente del resultado. Estar orgullosos de nosotros mismos y aceptar lo que ocurra. Si bien es cierto que, uno construye su suerte con el esfuerzo. Muchas veces las cosas que ocurren en la vida ocurren porque tienen que ocurrir, están fuera de nuestro control".
"Llevarse comida al evento, preferiblemente carbohidratos complejos de absorción lenta. Lo más recomendable en estos casos son los frutos secos, ya que su digestión evita altibajos en los niveles de azúcar en sangre y prevenimos correr el riesgo de sufrir una hipoglucemia y no poder pensar con claridad.
"Lo ideal es desayunar bien, ya que el cerebro necesita combustible en forma de glucosa, de manera que siempre tengan la energía mental suficiente para afrontar la tarea intelectual que tienen en frente. Antes del examen puede que una persona necesite una ducha de agua templada o fresca para sentirse bien y otra de agua caliente o muy caliente para lo mismo. Igual con el hecho de escuchar música o revisar apuntes. Respecto del transporte, lo ideal es buscar cómo acudir al examen de una manera que te haga sentir lo más descansado y relajado posible", destaca la experta. Nada de estrés pues ni llegar por lo pelos después de una atasco.
"Cuando te dan el examen y hay cosa que no controlas porque no las has estudiado, lo mejor es concentrarse en las cosas que sí he estudiado. Si eso que no controlo sí que lo he estudiado, pero no recuerdo bien, lo más idóneo es relajarse y esperar a que el cerebro haga su trabajo, puede que haya cosas que al principio con los nervios no nos salen y luego a medida que vamos trabajando van emergiendo de la memoria".
Existen estrategias de control de ansiedad extrema como Emotional Freedom Techniques (Técnicas de liberación emocional) -EFT o Tapping. Esta es una técnica alternativa de manejo de ansiedad extrema y pánico que aúna conocimientos milenarios de la acupuntura china con las nuevas tendencias psicológicas terapéuticas, como PNL (Programación Neurolingüística) y Mindfulness, entre otras.
Implica hacer tapping o dar golpes con los dedos en puntos específicos del cuerpo que coinciden con los meridianos energéticos de acupuntura china y la repetición de consignas y/o afirmaciones que, presentadas simultáneamente, desactivan patrones de pensamientos negativos sobre uno mismo previniendo el desarrollo de conductas de” autosabotaje”, muy típicos en casos donde el esfuerzo no se corresponde con el rendimiento esperado ni obtenido. Es una técnica, además, que, una vez aprendida, la puede hacer uno mismo, sin necesidad que estar con un especialista delante, ante situaciones de alto estrés.
Empezar por lo que mejor me sé, de esta manera, además de invertir mis mejores recursos (tiempo y energía mental) y resguardarme en obtener un infalible buen resultado; mi autoconfianza crecerá y, con ello, los nervios se irán disipando y los conocimientos previamente estudiados y almacenados irán emergiendo del baúl de la memoria.
Es importante aceptar lo que la vida nos otorga; y no machacarnos culpándonos de no haber conseguido esto o aquello. Sino tomarlo como un aprendizaje. Si sacamos la plaza bien, si no, veamos qué podemos hacer mejor para presentarnos la siguiente vez con mayor posibilidad de sacarla o veamos qué otras oportunidades nos está ofreciendo la vida.
"Simplemente con estar ahí ya hacen de sustento emocional. Con su presencia pueden ser de gran
apoyo psicológico. Al fin y al cabo, todo el trabajo lo tiene que hacer es la persona que se presenta al
examen. Ese día anterior, pueden mostrarle su apoyo compartiendo con ellos yendo a dar una vuelta,
a comer fuera, si así la persona lo solicita. También escuchándole, si la persona necesita expresar
como se encuentra al respecto", destaca la experta.