Todo el mundo puede sufrir alguna vez la incomodidad de los oídos tapados, que en ocasiones puede llegar a afectar al equilibrio y a producir un dolor agudo. Nos sucede cuando buceamos, cuando volamos, cuando vamos en el coche… Y otras veces nos ocurre porque sí. ¿Cuáles son las causas que los producen y cómo puede evitar que te pase?
Una causa frecuente del taponamiento de oídos son los resfriados comunes, especialmente en estas fechas del año, así como otras infecciones: rinitis alérgica, inflamaciones e infecciones virales o bacterianas de los senos nasales, que hacen que se nos tapone la nariz.
También es habitual que sintamos los oídos taponados cuando se produce una acumulación de cerumen. La cera puede secarse y endurecerse en el oído, obstruyéndolo y causando una molestia, que muchas veces no tiene que ver con una falta de higiene sino con un uso incorrecto de los palillos de algodón, que empujan la cera hacia dentro y la compactan.
Los cambios de altitud o de presión atmosférica cuando buceamos, volamos en avión, cuando vamos en coche o cuando subimos a mucha altura en una montaña, por ejemplo, pueden causar sensación de tener los oídos tapados. Es lo que se conoce como barotraumatismo.
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Cuando entra agua en el oído, generalmente durante la natación, puede quedar agua atrapada en el conducto auditivo.
Otra causa menos frecuente y más grave es el neurinoma del acústico, también conocido como schwannoma vestibular, un tumor no canceroso muy raro que se forma en el nervio que va del oído interno al cerebro. Con el tiempo, el crecimiento del tumor ejerce presión y causa pérdida de audición, zumbidos y dolor.
Cómo evitar que se taponen los oídos
Las medidas más fáciles y rápidas para destaponar los oídos son tragar, bostezar o mascar chicle para abrir las trompas de Eustaquio. Si esto no funciona, puedes probar respirando profundamente, tapando los orificios nasales con los dedos. A algunas personas les funciona también inflar globos.
Para evitar que los oídos se taponen en primer lugar, se pueden usar gotas que descongestionen el cerumen del oído o recurrir a los vapores para descongestionar la nariz, calentando agua en una cacerola y, con cuidado, colocando la cabeza con una toalla sobre el vapor del agua, después de retirar la cacerola del fuego.