La rápida expansión del coronavirus ha desbordado todas las previsiones sanitarias. Los centros hospitalarios están a rebosar, al igual que las unidades de cuidados intensivos. Además, los sanitarios no disponen de los suficientes equipos de protección para trabajar en condiciones de seguridad. Por todo ello, tanto los profesionales que están en primera línea como la población general han tirado de ingenio para dar un nuevo uso a objetos cotidianos y reconvertirlos en barreras contra el coronavirus. Es importante señalar que su eficacia es relativa.
Algunos sanitarios han tenido que recurrir al uso de bolsas de basura para protegerse. Hay imágenes del hospital de campaña de Ifema, en Madrid, en el que lo sanitarios (muchos de ellos voluntarios) recurren a estos objetos para estar un poco mejor aislados.
La eficacia de este método se puso en entredicho en Estados Unidos. Kius Kelly, un asistente de gerente en un hospital de Nueva York, se protegía con bolsas de basura y acabó contagiándose y falleciendo de coronavirus. No era el único que las usaba.
Las máscaras de buceo pueden reconvertirse en respiradores, por lo que empresas y particulares las han donado para combatir la actual crisis sanitaria. Para ello es necesario incorporar una pieza impresa en 3D, que se adapta a los filtros de los respiradores y puede usarse con pacientes con dificultades pulmonares leves.
Un amigo médico del campeón de España de motocross, José Butrón, le pido unas gafas viejas para protegerse del coronavirus, ya que en su hospital no disponían de suficiente material. Butrón compartió la iniciativa en redes sociales y otros deportistas se han sumado a ella, repartiendo sus gafas de motocross por distintos centros sanitarios y residencias de ancianos.
Ante la falta de guantes específicos, es habitual recurrir a otros de uso mas habitual para salir a la calle. Por ejemplo, los de fregar o los que se usan en el supermercado para coger la fruta.
Hay sanitarios que han tenido que usar gorros de ducha desechables (como los de los hoteles).
Las mascarillas caseras están a la orden del día. Las de farmacia están agotadas y, en caso contrario, deben destinarse a las personas que están en contacto con personas contagiadas. Pero mucha gente se siente más segura teniendo parte del rostro cubierto, por lo que recurren a soluciones caseras. Por ejemplo, usando papel de cocina, toallas de bebé, hules o el forro transparente de los archivadores.
En China hemos visto algunas de las ideas más llamativas. Durante el periodo de máxima alerta y ante la falta de mascarillas, algunos ciudadanos salían a la calle con garrafas de agua en la cabeza.
No sabemos si es para protegerse o para echarse unas risas, pero también hemos visto a gente que opta por disfrazarse al salir a la calle. El más famoso es el disfraz de tiranosaurio de Murcia. En China también hemos visto casos de personas vestidas de jirafa y de árbol de Navidad.