Un estudio publicado en ACS' Environmental Science & Technology revela que el uso de lejía, utilizado comúnmente en la limpieza del hogar, puede formar partículas de cloro en el aire dañinas para personas y mascotas como el ácido hipocloroso (HOCl) o el cloro diatómico (Cl2).
Al concentrarse estos compuestos en espacios reducidos y poco ventilados pueden reaccionar con otros componentes químicos cítricos que se encuentran en los hogares como la naranja o la esencia de limón que se emplea en muchos productos de higiene, limpiadores o ambientadores. Además, la luz interior e incluso la natural que pasa por las ventanas puede dividir el HOCl y el Cl2 en hidroxilo o cloro simple; que a su vez pueden reaccionar con otros compuestos para formar partículas en el aire llamados SOA (aerosoles orgánicos secundarios). Estas últimas partículas están relacionadas como causantes de problemas respiratorios y otras enfermedades que repercuten en la salud.
Chen Wang y otros investigadores del estudio querían analizar si el resultado de la combinación de la esencia de limón y la lejía podía producir, directa y definitivamente, SOA en condiciones de luz y oscuridad. En la oscuridad, el compuesto reaccionaba rápidamente formando compuestos volátiles. Posteriormente, los investigadores inducían condiciones de luz artificiales y naturales y estos compuestos volátiles se formaban SOAs.
A pesar de que todavía quedan por estudiar los efectos en la salud de esta composición los investigadores reconocen que podríamos encontrarnos ante productos perjudiciales completamente normalizados y empleados diariamente.