La nueva variante del coronavirus, B.1.1.529, denominada 'ómicron', preocupa a los científicos por el gran número de mutaciones que presenta, lo que la hace impredecible. Según ha explicado la viróloga del CSIC, Mireia Coscolla, esta variante ha cogido "lo peor de cada casa".
La especialista del CSIC, en una entrevista en Cope, ha advertido sobre el peligro de esta nueva variante. "No es que solo tenga muchas mutaciones, sino qué mutaciones tiene", ha precisado. La variante 'ómicron' presenta muchas mutaciones y, además, muchas de ellas ya se han detectado en otras variantes de preocupación. "Eso significa que ha cogido un poco lo peor de cada casa", ha detallado Coscolla.
La experta del CSIC afirma que hay aspectos que se pueden tener claros sobre la variante, a pesar de que se acaba de describir y de tener que profundizar en su análisis. Las mutaciones que presenta la variante 'ómicron', y que comparte con otras, en muchas de ellas se ha visto que los virus "escapaban a los anticuerpos neutralizantes".
"No sabemos si esta variante va a escapar de las vacunas, lo que sí sabemos es que sí que puede ser menos susceptible a las vacunas, pero no sabemos cuánto", ha subrayado Mireia Coscolla. La nueva variante acumula mutaciones que facilitan la entrada de la célula en la célula, lo que aumenta la transmisibilidad. "El incremento de la proporción de esta variante en Sudáfrica está siendo muy rápido. Más rápido de lo que fue delta", ha asegurado la experta.
La variante 'ómicron' fue reportada a la OMS por primera vez desde Sudáfrica el 24 de noviembre y el organismo la reconoce como una "variante de preocupación". Anteriormente también fue identificada en Botswana, Bélgica, Hong Kong e Israel. La evidencia preliminar sugiere un mayor riesgo de reinfección con esta variante.
La propagación de esta nueva variante es difícil de frenar, pese al aumento de las restricciones. "Tenemos la experiencia, sabemos que restringir vuelos no impide que las variantes lleguen a otros lugares", ha comentado Coscolla, quien destaca que esta variante "ya ha llegado a más sitios de los que se han detectado".
Estas medidas, de restringir vuelos, hacen que el flujo de llegada de personas sea menor, pero no impiden la entrada del coronavirus. "Puede tener cierto beneficio pero no es una medida que no tenga fallos. Y tiene muchas consecuencias", ha señalado Coscolla.
Estas consecuencias, ha apuntado la investigadora del CSIC, serían negativas especialmente para la salud pública, además de para la economía, entre otros. Sudáfrica está siendo muy transparente con los datos epidemiológicos y "no puede ser simplemente que se le castigue". Si se cierran vuelos como "castigo", "debe ir acompañado de medidas que no estigmaticen a países que compartan información tan necesaria", ha zanjado Coscolla.