Cuando la pandemia del coronavirus se extendía por todos los países del mundo y las tasas de incidencia se disparaban en Asia, Europa y América, los virólogos miraron al continente africano y predijeron la peor de las situaciones en este continente. En unos países muy empobrecidos, donde es muy difícil hacer llegar material de protección suficiente, donde existen ciudades abarrotadas de población donde es imposible imponer el distanciamiento social, donde la higiene es un problema y donde casi no han llegado aun las vacunas, el virus iba a provocar millones de muertes.
Pero no ha sido así. Después de un año y medio largo de pandemia y con solo un 6% de la población africana vacunada, el continente africano es una de las zonas del planeta con menos circulación del virus. La mayoría de los países, donde apenas han llegado las vacunas, tienen datos de contagios y muertes casi residuales. En Sudan, por ejemplo, donde los contagios están estos días al alza, se notifican una media de 73 nuevos contagios al día y una media de 5 muertes por covid. En Reino Unido (con el 68% de la población vacunada) notifican 42.797 contagios diarios y unas 200 muertes diarias.
Según cifras de la OMS en África se ha registra tan solo el 3% de las muertes por covid en el mundo, mientras América suma el 46% y Europa el 20%. Aunque hay algunas teorías que intentan explicar la razón, para la mayoría de los expertos es un auténtico misterio.
Algunos expertos apuntan hacia la edad media del continente africano como una de las posibles causas de la baja incidencia del virus. Recordemos que uno de los factores de riesgo más importante del covid19, si no el más importante, es la edad. El promedio de edad en África es de 20 años (en Europa occidental se sitúa en 43) y esto puede explicar las bajas tasas de personas con síntomas graves, hospitalizaciones y muertes por coronavirus.
Además, exceptuando las grandes ciudades, donde la población está bastante hacinada, la mayoría de la gente en África vive en zonas rurales, apartadas unas de otras y, normalmente, pasan gran cantidad del tiempo al aire libre. Esto también podría haber ayudado a la contención de los contagios y a la baja incidencia.
Otros expertos hablan de una mejor respuesta a la pandemia que el resto de regiones del planeta. África está acostumbrada a lidiar con crisis de este estilo y se abrían tomado más en serio los avisos que llegaban de fuera con este nuevo virus, a cuya defensa habría ayudado la red de contención de virus infecciosos que ya existe en estos países. Según declaraciones de Christian Happi, director del Centro Africano de Excelencia para la Genómica de las Enfermedades Infecciosas de la Universidad Redeemer de Nigeria, al medio Los Ángeles Times, "Hay un enfoque cultural distinto en África, donde los países encararon el Covid con humildad porque ya experimentaron cosas como el ébola, la malaria y la polio".
Precisamente uno de los factores que se consideraron de riesgo al prever las nefastas consecuencias que el covid19 podrían traer en África puede estar detrás de todo lo contrario: de la poca incidencia que al final ha terminado padeciendo el continente. Las ciudades africanas tienen una alta densidad de población y sus ciudadanos viven hacinados en muchos de sus barrios, con familias numerosas viviendo en una sola habitación y con bajos niveles sanitarios.
Esta situación, considerada de grave riesgo en la propagación de enfermedades y que en occidente es un claro factor de propagación del coronavirus, ha podido ser, paradójicamente, la causa de la baja incidencia en los países africanos, según una nueva teoría. Un estudio de los científicos de la Unidad de Análisis de Vacunas y Enfermedades Infecciosas del hospital Baragwanath, en Johannesburgo, apunta a que la exposición continuada de esta población que vive hacinada a anteriores coronavirus (como el de la gripe y otros) podría haberles hecho disfrutar de un mayor grado de inmunidad al nuevo coronavirus que el resto del a población.
El estudio analizó un toma de muestras de sangre de los vecinos de Soweto, un área urbana compuesta por un conjunto de asentamientos al suroeste de Johannesburgo, que se había tomado años antes, como paso previo a una campaña de vacunación de la gripe. Los resultados de los análisis dejaron claro que las personas que vivían en estos barrios de altísima densidad de población ya habían contraído un gran número de otros coronavirus, responsables de muchos resfriados comunes. Esto podrían haberles otorgado un alto grado de inmunidad frente al covid19.
En este contexto africano, parece que la protección frente al coronavirus podría ser mucho más intensa en las áreas más densamente pobladas, lo que podría explicar la baja incidencia del virus en todo el continente, comparado con el resto de zonas en el mundo.
Aun así, los expertos siguen recomendando la llegada de mas dosis de las vacunas a África y la extensión de vacunación generalizada a su población, porque estos buenos datos generales podrían cambiar con las siguientes olas de contagios o la aparición de nuevas variantes del coronavirus, como la detectada estos días en Sudáfrica.