"No me da la media para estudiar lo que quiero": se puede afrontar una nota baja en la EVAU
Aunque no todos los estudiantes conocen las notas de selectividad, a lo largo de la semana del 13 las calificaciones se publicarán progresivamente
“Me alegro de que mis amigos hayan pasado los exámenes y puedan estudiar lo que quieren, pero también me siento fatal conmigo mismo y no puedo evitar sentir envidia”
Los exámenes de selectividad han llegado a su fin. Adiós a los nervios, a las noches en vela estudiando y a la incertidumbre por si en Filosofía va a entrar Descartes o Nietzsche. Sin embargo, a partir del 13 de julio muchos jóvenes españoles tendrán una preocupación adicional: una baja nota en selectividad y, en consecuencia, pocas posibilidades para estudiar el grado que desean o en la facultad de sus sueños.
Los datos ya han comenzado a circular. En Canarias, un 89,3% han superado las pruebas de acceso a la universidad, y en Castilla y León la cifra asciende a 94,7%. Tampoco se han hecho esperar las entrevistas a aquellos jóvenes que han sacado las nota más altas. Pero, ¿qué pasa con los que han suspendido o que no han podido alcanzar la nota que deseaban?
MÁS
¿Has hecho el examen de Historia de la EVAU en Madrid? El tribunal ha admitido el triple error y será flexible
Elena, Néstor y Andrea terminaron la ESO siendo mayores de edad: "No ha sido fácil pero nunca es tarde"
Si estás estudiando online en Estados Unidos y eres extranjero, te contamos cómo te afecta la retira de visados
“Tengo que decidir si repito los exámenes en septiembre, o si me meto en otra carrera”
Aproximadamente 10% de los estudiantes de segundo de bachillerato se han quedado este año a las puertas de la universidad, algo especialmente frustrante teniendo en cuenta la situación que hemos vivido en los últimos meses. Falta de recursos educativos, bibliotecas cerradas y ansiedad en el hogar han sido el pan de cada día desde que comenzó el confinamiento durante el mes de marzo.
Ahora, esos jóvenes tienen que hacer frente a un encontronazo de sentimientos, tal y como explica Gael: "Me alegro de que mis amigos hayan pasado los exámenes y puedan estudiar lo que quieren, pero también me siento fatal conmigo mismo y no puedo evitar sentir envidia".
Gael, como muchos otros estudiantes, no ha pasado las pruebas de acceso. "Da rabia porque había estudiado como nunca, pero al final hay cosas que no podemos controlar. Mis padres trabajaron durante la cuarentena, pero mi hermano pequeño no tenía clase. Tuve que hacerme cargo yo, y no me importa, pero al final eso me ha limitado mucho el estudio", relata. "De todos modos yo pensaba que iba a aprobar. Ha sido un palo muy duro. Tendré que esperar a septiembre".
En el caso de Vega, la nota no ha sido baja, pero sí insuficiente. "Desde 4º de la ESO tuve claro que quería estudiar Medicina, y cuando empecé bachillerato me informé sobre las mejores facultades para hacerlo. Mi objetivo era entrar en la Universidad Autónoma de Madrid, donde la nota de corte es de más de 13. No ha podido ser", comparte. "No he hecho unos exámenes malos, pero me he quedado en el 10,6. Ahora tengo que decidir si repito los exámenes en septiembre, o si me meto en otra carrera".
Las emociones más habituales ante una mala nota
Aunque no todos los estudiantes conocen las notas de selectividad, a lo largo de esta semana las notas se publicarán progresivamente. Algunos jóvenes aprobarán con nota, incluso más de la que imaginaban, otros tendrán unas puntuaciones dentro de la media, y un pequeño porcentaje se quedará a las puertas. ¿Está todo perdido para estos últimos? En absoluto.
En septiembre se celebrarán las pruebas extraordinarias de acceso a la universidad. En otras palabras, los exámenes de "recuperación". Esto significa que todos aquellos jóvenes que no han sacado la nota que deseaban tienen por delante casi dos meses para darlo todo.
Algunos impedimentos que pueden obstaculizar el estudio son:
- La ansiedad ante la sensación de falta de tiempo.
- La inseguridad tras conocer las notas de los exámenes ordinarios.
- La frustración por no poder disfrutar del verano al igual que nuestros amigos.
- El miedo a sacar una baja nota.
Detectar estas emociones es el primer paso para saber afrontarlas. El segundo paso es entender que, por muy desagradables que resulten, nos acompañarán en mayor o menor medida durante todo el verano.
La incertidumbre y la ansiedad no serán constantes ni mucho menos. Habrá picos en los que el malestar será insostenible, por ejemplo, cuando tus amigos se vayan de vacaciones y tú tengas que quedarte en casa estudiando, o las semanas previas a los exámenes. Cuando esto ocurra, no te culpabilices por sentirte mal. Normaliza las emociones desagradables y si es necesario, tómate un día de desconexión.
¿Cómo rendir al máximo en verano?
Cuando te encuentres física y psicológicamente bien, aprovecha para estudiar. Plantarse frente a un libro de texto en verano es aburrido, sobre todo si la temperatura supera los 40ºC. El lado positivo es que son dos meses en los que no tienes que hacer absolutamente nada más, ya que no hay clases.
Encuentra tu lugar de estudio ideal. Puede ser en tu casa o en el pueblo. Da igual siempre y cuando te ayude a estar concentrado y, sobre todo, mentalmente bien.
Ten en cuenta que ya has vivido la selectividad. Aunque no lo creas, esto es una ventaja puesto que ya sabes cómo son las pruebas y la situación del examen. Si en los exámenes de julio te desconcentró el ruido, en septiembre podrás llevar tapones. Si se te dio fatal el examen de Historia, en septiembre puedes hacer el de Filosofía.
Por último, sé realista. Es normal experimentar ansiedad y baja autoestima, pero tus conocimientos son mayores de lo que crees. Durante segundo de bachillerato has adquirido una base sólida a la que se suman las horas de estudio de las pruebas ordinarias de selectividad. Ahora conoces mejor tus puntos fuertes y débiles, así que aprovecha y estudia aquellos pequeños detalles que se te dan peor.