Las mutaciones del coronavirus podrían aumentar la transmisión del virus, según un estudio
Los investigadores no creen que las mutaciones agraven la enfermedad
Investigadores de Reino Unido estudian el cambio genético en el virus
Con la transmisión de persona a persona, el virus SARS-CoV-2 muta y, algunas de estas alteraciones, podrían aumentar la expansión del coronavirus en el mundo e ir en detrimento de la lucha contra la pandemia que ya ha infectado a más de 42 millones de personas.
Así lo resumen investigadores de Reino Unido del Grupo Asesor sobre Amenazas de Virus Respiratorios Nuevos y Emergentes (NERVTAG, por sus siglas en inglés) en un estudio en el que buscan responder a si existe evidencia de cambio genético en el SARS-CoV-2 y, de ser así, si las mutaciones afectan al fenotipo del virus.
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“Existe la posibilidad de que algunas mutaciones afecten a la facilidad con que el virus se transmite entre las personas, la probabilidad de que una persona se enferme y la gravedad de la enfermedad”, reza el informe.
No obstante, “por el momento, los investigadores creen que ninguno de los cambios genéticos encontrados en el virus aumente o disminuya la gravedad de la enfermedad, pero pueden afectar la transmisión”, añaden. Y, esta última circunstancia, “podría cambiar en el futuro, ya que las vacunas y los tratamientos tienen el potencial de seleccionar diferentes cambios en el virus”.
En el caso de Reino Unido, “los investigadores están monitoreando actualmente si se están produciendo mutaciones, pero no están comprobando sistemáticamente si estas mutaciones ‘importan’”. “Esta es una laguna importante en nuestro conocimiento”, aseguran.
En el estudio, han participado investigadores de diferentes organismos. En concreto: Wendy Barclay, del Imperial College London; Cariad Evans, de Sheffield Teaching Hospitals NHS Foundation Trust; Alistair Darby, de la Universidad de Liverpool; Andrew Rambaut, de la Universidad Edimburgo; Oliver Pybus, de la Universidad de Oxford; David Robertson, de la Universidad de Glasgow; Ewan Harrison, del Instituto Wellcome Sanger; Sharon Peacock, directora, COG-Reino Unido; Meera Chand, de Salud Pública de Inglaterra, Guy's and St Thomas 'NHS Foundation Trust y Julian A. Hiscox, de la Universidad de Liverpool.