"Mi esposo, ¿nos ves desde el cielo?. Tu último regalo ha nacido hoy. Trabajaré duro para amarlo y protegerlo". El mensaje de Fu Xuejie, viuda del Dr. Li, el doctor héroe de Wuhan, ha provocado una ola de recuerdo y cariño hacia un hombre valiente. ¡El hijo del Dr. Li Wenliang nació esta mañana! decían algunos en esta red social, aunque la gran mayoría pensaba que el bebé sabría siendo grande que su padre se había comportado como un auténtico héroe y exigían al Gobierno que nunca más le creara problemas a la familia . La noticia la desvelaba el periódico South China Morning Post llevó una sonrisa a muchos y sirvió para recordar la valentía de Li, que murió dejando en casa a su mujer embarazada y una pequeña de cinco años.
El 30 de diciembre, Li Wenliang se lo dijo claro a un grupo de ex alumnos de la escuela de medicina en la popular aplicación de mensajería china WeChat: siete pacientes de un mercado local de mariscos habían sido diagnosticados con una enfermedad similar al SARS y puestos en cuarentena en su hospital. Y ya les dijo que era un coronavirus. Sabía que el Gobierno chino iba a tomar medidas y lo hicieron. En un primer instante, no solo no le escucharon, sino que el Gobierno chino llegó a acusarle de difundir bulos y le mandó a la zona cero: Wuhan, no sin antes preguntarle cómo sabía lo que sabía. Luego vinieron las disculpas políticas y los remordimientos.
Pero eso fue cuando el mundo supo que Li estaba contagiado y que su vida estaba en grave peligro. Hasta sy muerte provocó polémica con un cúmulo de desmentidos hasta que fue desvelada. La ira duró un tiempo entre los que vieron como la voz de la verdad, de un médico con integridad fue sepultada por la conveniencia política. Desde su muerte, los hechos confirmaron las previsiones de Li. Wuhan tuvo que ser cerrada, fotos por satélite demuestran que ya a finales de verano el´virus se había extendido y hoy el mundo que fue incrédulo de inicio está paralizado por un virus que se extendió sin remedio.
Li Wenliang , cuando aún su estado le permitía comunicarse, se preguntaba por qué el Gobierno chino tardó en reconocer que este se transmitía de persona en persona. El doctor Li, junto con ocho compañeros acusados por dar noticias falsas y sembrar bulos, fue ejemplar. De hecho, algo poco corriente, el Gobierno chino le pidió disculpas. El diario People's Daily calificó su muerte como un "dolor nacional". Al menos ese bebé que ha nacido sabrá que su padre fue un héroe.