Rosa, de 63 años, se ha ganado a pulso el título de 'héroe'. Se lo han dicho por escrito en una gran pancarta su marido, sus dos hijos y muchos de sus amigos que la han recibido en su casa entre aplausos, besos y lágrimas. Por detrás, más de cuatro meses y medio luchando contra el coronavirus y antes, otros tantos, superando un cáncer, un ictus y un episodio de meningitis.
La salida del hospital San Antonio de Vila Nova y la Geltrú ha estado a la altura e esta luchadora que nunca se rinde. Un nutrido grupo de amigos y familiares se han reunido a las puertas del centro y han celebrado otro de sus éxitos en la vida con pancartas, globos y confeti.
El recibimiento ha sido toda una sorpresa para Rosa, una mujer trabajadora, modesta y entregada a su familia pero con un gran corazón que los suyos han querido celebrar. Para ella ha sido emocionante y, entre lágrimas y sujetada por los abrazos de los suyos, ha intentando ocultar su emoción ante tantas muestras de aprecio.
Sus dos hijos, Rubén y Judith han querido que la fiesta de su recuperación fuese completa y lo primero que han hecho ha sido llevarse a Rosa a comer fuera. Durante estos cuatro meses le han llevado fiambreras con comida casera porque ella detesta la que le preparaban en el hospital.
Tras contagiarse con la COVID-19, Rosa estuvo 44 días ingresada en la en UCI y luego otros 10 en planta mientras terminaba su recuperación. Pero distintas complicaciones posteriores la obligaron a un cambio de centro sanitario para terminar su proceso de convalecencia en otro hospital de larga estancia para su total sanación.