Una simple prueba que se puede hacer desde cualquier lugar y en todo momento podría ayudar a detectar el riesgo de tener un aneurisma aórtico, una condición cardiovascular normalmente sin síntomas que consiste en el ensanchamiento anormal de las paredes de la arteria principal que conduce la sangre al corazón.
La prueba, que fue propuesta por los expertos del Instituto Aórtico del Hospital Yale New Haven, consiste en levantar una mano como si se hiciera una señal a alguien para que se detenga. En esta posición, se debe flexionar el pulgar todo lo que sea posible sobre la palma de la mano.
Si el pulgar llega más allá del borde de la palma, el paciente puede estar albergando un aneurisma oculto, según reza en el comunicado sobre el estudio publicado en el ‘American Journal of Cardiology’.
“Poder mover el pulgar de esa manera es una indicación de que los huesos largos de un paciente son excesivos y sus articulaciones están laxas, posibles signos de enfermedad del tejido conectivo en todo el cuerpo, incluida la aorta”, precisan.
Esta simple prueba de detección precoz puede ayudar a que el paciente se mantenga a salvo a través de la restricción del ejercicio, el control radiográfico o la cirugía. No obstante, apuntan, la precisión de la prueba no se había evaluado en un entorno clínico.
Además, concretan que “no todos los que dan positivo son portadores de aneurismas” y “los aneurismas a menudo tardan décadas en progresar hasta el punto de ruptura y una prueba positiva no es motivo de pánico”.
No obstante, el estudio en el que participaron 305 pacientes pacientes sometidos a cirugía cardíaca por una variedad de trastornos, incluidos los aneurismas aórticos, demostró que “la mayoría de los pacientes con aneurisma no manifiestan un signo positivo del pulgar-palma, pero los pacientes que tienen una prueba positiva tienen una alta probabilidad de tener un aneurisma”.
Por ello, John A. Elefteriades, profesor de cirugía William WL Glenn en Yale y director emérito del Instituto Aórtico del Hospital Yale New Haven y autor principal del estudio, cree que este simple test debería incluirse en los exámenes físicos estándar de los pacientes, en particular aquellos que tienen antecedentes familiares de aneurisma aórtico, ya que la detección precoz puede salvar vidas. “Difundir el conocimiento de esta prueba puede identificar a los portadores de aneurismas silenciosos y salvar vidas”, aseveró.