Investigadores de la Universidad de Oviedo han estudiado cómo el uso del teléfono móvil antes de ir a la cama o dormir con demasiada luz, junto a otros factores de riesgo más comunes, puede elevar la posibilidad de sufrir un parto prematuro.
“Hemos visto que si se usa el móvil antes de ir a dormir o se duerme con demasiada claridad se altera el ritmo circadiano”, -ese que nos dice cuando debemos ir a dormir y cuando es hora de despertar-, “que junto a otros factores, como tener un índice de masa corporal alto, eleva el riesgo de sufrir un parto prematuro”, explica la investigadora Irene Díaz, experta en inteligencia artificial del Área de Fisiología.
La investigación de la Universidad de Oviedo y publicada en la revista 'Journal of Ambient Intelligence and Humanized Computing', ha añadido nuevos factores de riesgo de provocar un parto antes de tiempo, relacionados con hábitos de sueño y de exposición a la luz de riesgo. La conclusión del estudio en el que han participado 380 pacientes del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), es que la combinación de estos factores aumenta la posibilidad de tener un bebé prematuro.
A los factores de riesgo más tradicionales como el índice de masa corporal, la ganancia de peso, la ingestión de alcohol o si la madre es fumadora, se han abordado los hábitos relacionados con el sueño y la exposición a la luz. La investigadora Irene Díaz señala que por ejemplo, si se usan dispositivos electrónicos de lectura con una luz especial para la noche, que es más amarilla, el riesgo es menos elevado que si se usa el teléfono móvil.
Los investigadores han tenido en cuenta a qué hora la madre se despierta cada día de la semana, si utiliza dispositivos electrónicos después de apagar la luz, si tiene la luz o el televisor encendido en torno a la medianoche, el número de interrupciones del sueño durante la noche, las horas de sueño en días laborables y festivos y el nivel de luz mientras duerme.
Los investigadores también han analizado la influencia en el parto antes de la semana 37de los trabajos por turnos. Estos elevan el riesgo de parto prematuro porque este tipo de trabajos provoca “una mala higiene de sueño”, señala la investigadora, al alterarnos el ritmo circadiano.
De todas las mujeres participantes en el estudio, 157 tuvieron un parto prematuro y 223 a término. Ahora los responsables de la investigación pretenden, además de concretar cómo de prematuro puede ser el parto en función de estas variables, saber cómo pueden afectar estos hábitos de la gestante en los primeros meses de vida del bebé.