El mosquito tigre (Aedes albopictus) podría tenerlo más fácil de lo que nos gustaría para extenderse en España este verano. Las fuertes lluvias y las tormentas de este mes de abril, unidos a las altas temperaturas características de la estación, podrían hacer que se propagaran sin mucha dificultad desde las regiones donde ya han sido registrados.
Desde su introducción en nuestro país por la zona de Barcelona hace ya cerca de dos décadas, esta especie invasora no ha dejado de hacer honor a su nombre. Especialmente en 2020 cuando, debido al Estado de Alarma consecuencia de la pandemia de COVID-19, no pudieron llevarse a cabo los tratamientos de control oportunos.
Según datos de Mosquito Alert, tan solo en el primer semestre de 2020 se calcula que su presencia se incrementó en España en hasta un 70 % con respecto a 2018. Este año, las lluvias torrenciales que han marcado esta primavera ofrecen, junto con las cada vez más altas temperaturas estivales, el inmejorable caldo de cultivo para que su creciente expansión continúe su vertiginoso ritmo.
“Las abundantes lluvias de las últimas semanas, sumadas a las previsibles altas temperaturas del verano, constituyen el cóctel perfecto para la rápida proliferación del mosquito tigre”, afirma el director general de Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla), Jorge Galván.
“Una circunstancia que debe colocarnos en situación de alerta por cuanto que este tipo de mosquitos son vectores transmisores de graves enfermedades como el Zika, el Dengue, el Chikungunya o la fiebre amarilla, por citar algunas de las más conocidas”.
El cambio climático y la globalización son dos de los principales factores coadyuvantes en esta situación crítica donde nuestro país juega un papel fundamental, por cuanto que se sitúa en un eje de tránsito global muy importante, además de estar sufriendo de forma extraordinaria consecuencias directas del calentamiento global. Un panorama que coloca a España en puerta de entrada de otras no pocas especies de mosquitos y otras especies invasoras.
“Por todo ello, es imprescindible que la sociedad en su conjunto, desde las Administraciones Públicas hasta la ciudadanía, extrememos las medidas de vigilancia, prevención y control oportunas que ejerzan de contención necesaria en la expansión de este peligroso insecto”.
Desde Anecpla, alertan de la especial dificultad que entraña el control específico de esta especie de Aedes por cuanto que, afirman, se trata de una especie altamente adaptativa que si bien necesita la humedad para reproducirse también es capaz de sobrevivir en condiciones mínimas de ésta. Asimismo, la hembra que es quien pone los huevos lo hace en la superficie de los denominados “imbornales” -acumulaciones de agua-. Pero no de forma única, sino que, para asegurar la continuidad de la especie, ésta coloca sus huevos en varias tandas en distintos espacios, lo que complica enormemente su control.
Asimismo, cuando las temperaturas se elevan, no sólo ocurre que el ciclo biológico del mosquito tigre se acorta, sino que además los virus que tienen capacidad de transmitir se desarrollan más rápidamente. Por eso es importante realizar los trabajos de control en esta época del año, cuando resultan más eficaces.
Uno de los problemas de la pandemia que causó la proliferación histórica de mosquito tigre en España fue el abandono de segundas residencias. Esto, unido a las lluvias de la primavera de 2020, hizo que el insecto encontrase depósitos de agua estancados.
Desde la organización recuerdan la importancia de vaciar el agua de los platos de las macetas y otros objetos del jardín, así como renovar el agua de las piscinas de plástico y cubrirlas cuando no se utilicen. Asimismo, se deben mantener limpios canalones y desagües y evitar acumulaciones de agua, y cambiar frecuentemente el agua de los bebederos de los animales domésticos, de manera que no se conviertan en el hábitat de estos mosquitos.