El mosquito aunque no lo creas ha dominado la Tierra durante 190 millones de años. Su reinado del terror ha acabado con la vida de 52.000 millones de personas. Ha podido hasta con los dinosaurios. Y ahora, la globalización les ha hecho posible colonizar cada rincón del mundo y a su paso, transmitir enfermedades que ya creíamos olvidadas.
Solo un dato. La mitad de la población mundial está en riesgo de padecer el dengue, según ha advertido uno de los portavoces de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan, quien ha informado de que esta enfermedad ha registrado su "máximo histórico" en América Latina, con 2,7 millones de casos, incluidos 1.206 mortales hasta finales de octubre de 2019. De hecho conocimos hace pocas fechas en España dos casos de dengue provocados por relaciones sexuales. El zika y la malaria también repuntan.
La técnica de edición genética CRISPR puede convertirse en el gran enemigo del mosquito y en una herramienta que pondrá por primera vez al ser humano en igualdad de condiciones con el mosquito. De hecho, Científicos del Imperial College de Londres (Reino Unido) han logrado crear mosquitos modificados que se pueden convertir en la mejor receta para evitar estas enfermedades. Han empezado con la malaria.
El mosquito como señala el autor Timothy C Winegard en su obra 'El mosquito', la historia de la lucha de la humanidad contra el depredador más letal, editada por Penguin Random House, recibido con aplauso por la crítica por poner en contexto una lucha que el hombre debe emprender porque el cambio climático ha hecho más mortal a esta especie.
No hablamos solo del dengue. Científicos de la Universidad Goethe (Alemania) y de la Sociedad Senckenberg para la Investigación de la Naturaleza han conseguido generar mapas fiables sobre el riesgo de transmisión del virus Zika en Sudamérica. Basándose en sus modelos para América del Sur, también utilizarán el método para determinar el riesgo de Zika en Europa. A finales de octubre, las autoridades francesas anunciaron el primer caso Zika en Europa. Aproximadamente una semana después, se hizo público un segundo caso.
En la mayoría de los casos, los mosquitos del género 'Aedes' transmiten el virus Zika a los humanos. Los vectores principales son el mosquito de la fiebre amarilla ('Aedes aegypti') y el mosquito tigre asiático ('Aedes albopictus'). Ambas especies están muy extendidas en América del Sur. Mientras que el mosquito de la fiebre amarilla está casi ausente en Europa, el mosquito tigre está muy extendido en la región mediterránea. En Europa, el riesgo de infección existe principalmente en la región mediterránea, pero también en las regiones interiores de Francia y en las zonas del Rin de Baden-Württemberg (Alemania).
Como señala el doctor en historia por la Universidad de Oxford y profesor de historia y ciencias políticas en la Universidad de Colorado Mesa (Estados Unidos), Timothy C Winegard en su obra, que da una repaso al mosquito en la historia de la humanidad (y no faltan datos sorprendentes en este recorrido), Tutankamón murió a causa de la malaria, enfermedad que también provocó el fin de la edad de oro de Grecia. En Babilonia, un mosquito truncó el sueño de Alejandro Magno de convertirse en señor del mundo entero. Los mosquitos de las marismas que rodean Roma ayudaron a esa ciudad a dominar el Mediterráneo, protegiéndola de posibles invasores, pero terminaron perforando el corazón del imperio y facilitando su hundimiento.
Y no solo eso. España también cuenta con su leyenda negra respecto al mosquito. Entre 1801 y 1804, murieron 100.000 personas de la temible fiebre amarilla o vómito negro, que se añadían a las 80.000 que ya habían perecido debido a la enfermedad durante brotes previos. Solo en Barcelona, la fiebre amarilla segó la vida de 20.000 personas en tres meses. Actualmente, 4.000 millones de personas en 108 países de todo el mundo corren el riesgo de contraer una enfermedad transmitida por mosquitos. No es una broma. Pocos hablan de ella pero esta puede ser una de las batallas más importantes si queremos sobrevivir.