Miguel, anestesiólogo del hospital Doctor Peset en Valencia, ha perdido 12 kilos en 15 días. En solo cuatro días se vio cerca de la muerte. "Gracias a Dios estoy vivo". Cree que se contagió de una nueva cepa porque no tenía síntomas iniciales, no notaba nada y porque el proceso de incubación es más rápido y más agresivo". Su hija, enfermera en el mismo hospital donde trabajaba le contagió. "La soledad es tremenda. He visto la muerte muy cerca", confiesa Miguel. "Estaba destrozado, hecho una piltrafa sin fuerzas para nada, sentía que me iba a morir".
Cundo llegó al hospital él pensaba que no tenía nada, pero estaba muy equivocado. Un pulsómetro fue el que le salvó la vida. Miguel tenía una neumonía bilateral. Saturaba al 94% pero en urgencias le dijeron que tenía que quedarse ingresado. "Se me cayó el alma a los pies". Los seis miembros de su casa se han contagiado, 5 de ellos con neumonía bilateral. "Esto es un guerra que tenemos que ganar yo nunca pensé que iba a coger esta enfermedad y fijaros he tomado todas la medidas y casi acaba conmigo. Por eso manda un mensaje de prudencia".
A sus 61 años, Miguel señala que pese a que es diabético e hipertenso, pero que su capacidad pulmonar le ha ayudado a sobrellevar la situación. Su esposa también tiene neumonía al igual que una de sus hijas, pero ésta está en casa. Su hijo se ha quedado sin olfato ni gusto, e incluso su nieto de 15 años tiene fiebre. También explica que su fe le ayuda en estos momentos. "no estoy solo, estoy con el Señor", y destaca que en los peores momentos no le importaba morir "porque estando con Dios es donde mejor se puede estar".
Eso sí, agradece la labor de sus compañeros, "que están luchando por mí y por suerte no ha hecho falta intubarme porque eso me habría matado". Como profesional de la medicina que es ahora está más tranquilo «pero veía las radiografías y me asustaba. Soy médico y entiendo de esto".
Pide a la ciudadanía que actúe con prudencia: "No os acobardéis pero no os relajéis", aconseja, ya que se trata de una enfermedad "del demonio y hay que luchar contra ella con todas nuestras fuerzas. Está bien que nos veamos todos en el cielo, pero cuando nos toque, no cuando quiera este bicho ni la gente mala que lo ha soltado", concluyó.