La pandemia de coronavirus está dejando al Camino de Santiago sin peregrinos. Solo un 20 % de los que el año pasado llegaron hasta Santiago por el camino de penitencia han completado este año las 'compostelas', el documento que acredita haber realizado la ruta jacobea.
Los empresarios que viven de esta corriente de turistas convertidos en peregrinos aseguran que tras el reinicio el pasado 1 de julio de la ruta, la afluencia de visitantes es menos de tres cuartas partes de la registrada en la misma fecha de 2019. La crisis está afectando a sus negocios y muchos de ellos ya anuncian que tendrán que cerrar sus establecimiento.
El cambio se nota incluso en la nacionalidad de los peregrinos. Acostumbrados a dar alojamiento o comida a turistas de todo el mundo, ahora los caminantes son, en su mayoría, españoles.
Para dar mayor seguridad y control a las personas que han elegido la ruta jacobea, la Xunta de Galicia ha multiplicado los efectivos policiales para garantizar el cumplimiento de las normas en el camino.
Desde el pasado mes de junio, los agentes llevan a cabo dispositivos especiales en el marco del Plan de actuación específico destinado a la inspección y control del cumplimiento de las medidas adoptadas para frenar el avance del coronavirus, como los aforos, el distanciamiento social o el uso de mascarilla en espacios, establecimientos o espectáculos públicos.