Si bien las personas tienen una mayor conciencia sobre la importancia de alimentarse adecuadamente y decirle adiós a las soluciones mágicas, la realidad es que hay mucha información circulando y es muy fácil dejarse llevar por alguna tendencia, mitos sobre nutrición o no saber elegir una fuente de información útil.
Las falacias, leyenda o dietas 'milagro' constituyen uno de los mayores problemas de la nutrición en las sociedades industrializadas ya que una información que no llegue a la población por los cauces adecuados puede dar lugar a un grave problema de salud.
Tras hacer varios macroestudios de salud pública con seguimiento a decenas de miles de sujetos durantes las últimas décadas y coordinar la red de investigadores que condujo el mayor ensayo nunca hecho sobre nutrición en Europa (Predimed), el Dr. Miguel Ángel Martínez-González comparte sus conocimientos con el gran público a través de su nuevo libro "¿Qué comes?", una obra realizada junto con la periodista experta en nutrición y salud, Marisol Guisasola.
La pseudociencia prefiere los bulos y mentiras a los datos empíricos, por eso el doctor recomienda que cuando leamos la palabra "milagroso" en cualquier consejo de salud, no nos lo creamos: "Cuando hablamos de ciencia, no existen los milagros. Se han producido millones de fallecimientos por la intrusión perversa de los fines comerciales. Es un problema de salud pública de enorme magnitud", explica el también epidemiólogo.
Estas dudas intencionalmente generadas y la creación de confusión y oscuridad están facilitando que se mantengan mitos y leyendas sin fundamento alguno: "Los propagan personas sin preparación o gente influida por intereses comerciales. Para evitar este engaño debemos ser conscientes de que este tipo de mensajes no suelen tener en cuenta la sustitución, es decir, que alimento puede reemplazar a otro".
Por ello, Martínez-González explica cuáles son las 10 leyendas urbanas más ampliamente difundidas y de las cuales debemos huir:
1. No hay dieta sana sin lácteos: hay que consumir 3 vasos de leche al día. "Esto es exagerado y tiene más motivación comercial que sanitaria. Otras fuentes de calcio no lácteos son los higos secos, el brócoli, las almendras o el salmón, por ejemplo. Es un reduccionismo decir que solo los lácteos sirven para mantener fuertes nuestros huesos, por lo que no deberíamos considerarlos como la gran panacea para lograr huesos sanos", aclara el doctor.
2. Deberíamos prohibir el café, cómo se prohíben otras drogas, por qué sube la tensión y es un tóxico adictivo. "No es así, el café es una mezcla compleja de sustancias, de efecto antioxidante y antiinflamatorio, que ejercen un beneficio claro para la salud. Pueden proteger contra la enfermedad cardiovascular y el cáncer, especialmente el de hígado", contradice Martínez-González.
3. La pizza es un alimento típicamente mediterráneo porque es italiana. "La pizza oculta mucha sal, es casi imposible cumplir las recomendaciones de consumo saludable de sodio con ella. Además, esconde muchas grasas saturadas en forma de queso. Las peores son las congeladas o las que venden las cadenas de comida rápida", explica el epidemiólogo.
4. Debemos prohibir el consumo de huevo a todo el que tenga alto el colesterol, y la mayoría de la población lo tiene elevado. "Es verdad que la yema de huevo tiene mucho colesterol, pero un estudio internacional en el que participé sacó como conclusión que no había relación alguna entre el consumo de huevo y el riesgo cardiovascular", aclara el doctor.
5. Los frutos secos y el aceite de oliva engordan porque tienen muchas calorías. "Esto no es correcto ya que ambos tienen efectos beneficiosos sobre la salud cardiovascular y la prevención de la obesidad, además reducen los riesgos de infarto entre el 20 y el 40%", explica Martínez-González.
6. No hay nada malo en el azúcar, nuestro cerebro lo necesita y funcionara mal si no se le da suficiente cantidad. "El azúcar es una garantía de venta porque engancha al consumidor, pero es esto es muy peligroso. Se encuentran por doquier en los productos ultraprocesados. Los padres deben hacer que sus hijos desarrollen buenos hábitos dietéticos. Lo mejor es eliminarlo de nuestra dieta", afirma el epidemiólogo.
7. El pan y las patatas, la pasta y el arroz contienen carbohidratos complejos y son, por tanto, el buque insignia de la dieta mediterránea. "No es verdad. Se recomienda tomar pasta al dente para que así tenga un índice glucémico bajo, pero tanto la pasta, como el pan y el arroz se recomienda integral. Las patatas se recomienda sustituirlas por verduras no procesadas", desmiente el doctor.
8. Realmente no hay ningún problema grave con la sal. "Reducir la sal en la dieta previene la presión arterial elevada. Además, el sabor salado hace que consumamos alimentos en mayores cantidades de las que inicialmente uno pretendía. Un buen sustituto puede ser las especias o las hierbas aromáticas", contradice Martínez-González.
9. La cerveza es una bebida saludable, la ideal para hidratarse. "No es así, la cerveza tiene propiedades diuréticas y provoca un efecto deshidratante, es decir, lo contrario a lo que estamos buscando", aclara el epidemiólogo.
10. Existen superalimentos que previenen multitud de enfermedades. El doctor explica que, cuando destacan un producto hasta definirlo como superalimento, no suele ser del todo cierto: "En España se ha hecho mucha propaganda de la quinoa, las bayas de goji, las semillas de chía o el aguacate y la realidad es muy distinta ya que no se puede concluir que un alimento individual sea capaz de reducir mucho el riesgo de enfermedad en el futuro, para ello habría que integrarlo en un patrón alimentario total".