Una de las tendencias más preocupantes de los últimos años en materia de consumo de fármacos en nuestro país es el aumento del uso de antidepresivos y ansiolíticos. De hecho, dos marcas de ansiolíticos (Trankimazin y Orfidal) suelen encontrarse entre la lista de los 10 medicamentos más vendidos en España, por debajo de básicos tan universalmente utilizados como el paracetamol, el ibuprofeno o la aspirina. Ahora, en plena pandemia, el consumo de este tipo de medicamentos vuelve a dispararse. ¿Cuáles son los medicamentos antidepresivos y ansiolíticos más recetados y cómo actúan?
Tan solo durante los últimos meses, una vez comenzada la pandemia por coronavirus, los medicamentos de tipo ansiolítico o antidepresivos, empleados normalmente contra patologías del sistema nervioso, se han vendido entre un 10 y 15 por ciento más, algo que, según el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, probablemente pueda reflejar el impacto emocional que ha tenido la COVID-19 tanto en la población general como en los pacientes afectados o los propios profesionales sanitarios.
Con todo, es importante conocer las diferencias entre ansiolítcos y antidepresivos: aunque a menudo se confunden y pueden utilizarse para tratar los mismos trastornos (también de forma combinada), sus funciones, efectos y forma de trabajar son muy distintas. A veces se recetan antidepresivos sin que exista depresión (por ejemplo, en caso de ansiedad) y, del mismo modo, los ansiolíticos se recetan frecuentemente para tratar trastornos de ansiedad.
En general, se dice que los antidepresivos reducen la angustia, mientras que los ansiolíticos tranquilizan. Por otro lado, los antidepresivos tardan semanas en hacer efecto, mientras que los ansiolíticos tienen un efecto inmediato. Una gran diferencia entre ambos tipos de medicamentos es que los antidepresivos no son adictivos y, en general, no provocan síndrome de abstinencia (o bien éste es muy leve), mientras que los ansiolíticos sí lo son, por lo que su consumo durante un periodo de tiempo prolongado puede ser peligroso: es frecuente necesitar aumentar la dosis para obtener el mismo efecto, y sí provocan síndrome de abstinencia al interrumpir el consumo.
En ambos casos, lo mejor es acompañar su consumo con terapia de algún tipo: de otra forma, no estaremos atacando el problema de origen, sino parcheándolo y aliviando sus síntomas. En España, según datos del Ministerio de Sanidad, una de cada diez personas toman ansiolíticos a diario, siendo uno de los países de la Unión Europea que más consumen.
En cuanto a los medicamentos de este tipo más recetados, dentro de los ansiolíticos encontramos dos:
En cuanto a los antidepresivos más recetados, hay que partir de la base de que este tipo de medicamentos actúan directamente sobre el sistema nervioso, aumentando la cantidad de importantes neurotransmisores que mejoran el humor. No todos funcionan de la misma manera y, de hecho, se clasifican en función de su manera de actuar en el organismo.
Algunos de los antidepresivos más utilizados son Prozac (Fluoxetina), que se utiliza principalmente para el tratamiento de los trastornos depresivos, el trastorno obsesivo-compulsivo, la bulimia nerviosa y, en determinados casos, para tratar el alcoholismo. También Paxil (Paroxetina), que se usa para tratar la depresión y trastornos de ansiedad.
Zoloft (Sertralina) también es una de las marcas más comercializadas, y se prescribe para el tratamiento de la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo y para el trastorno de angustia con y sin agorafobia. Algo similar ocurre con Lexapro (Escitalopram), que se usa sobre todo para el tratamiento de los trastornos depresivos, trastorno de angustia con y sin agorafobia, fobia social, trastorno de ansiedad generalizada y trastorno obsesivo-compulsivo.