Un 54 % en el caso de las mascarillas higiénicas tenía algún tipo de irregularidad, detectadas en las inspecciones que realizó el Ministerio de Consumo entre marzo y septiembre del pasado año. En el caso de las las EPI (las FFP1, FFP2 y FFP3) las irregularidades bajaban a un 32 %.
El informe realizado por el Ministerio de Consumo sobre las actividades relacionadas con la vigilancia del mercado de mascarillas higiénicas y EPI y otros productos relacionados con la covid informa de las más de 8.000 actuaciones que se realizaron tanto en inspección física como online entre los meses de marzo y septiembre en estos productos. El 87 % de las inspecciones fueron sobre mascarilla higiénicas y mascarillas EPI.
El comercio minorista, seguido de distribuidores y aproximadamente un 10 % del total ha sido online fueron los más inspeccionados. En total se realizó algún tipo de actuación por incumplimiento sobre más de 2,3 millones de unidades de mascarillas higiénicas y 1,6 millones de mascarillas EPI.
Unas cifras que podrían haber sido superiores ya que, debido a las estructuras de datos de los sistemas informáticos y la explotación de los mismos en las distintas autoridades de vigilancia del mercado, no se ha podido obtener esta información de todas ellas.
La mayor parte de los incumplimientos en las mascarillas higiénicas fueron por información y etiquetado (el 78 %), seguido de otros aspectos relacionados con la salud y seguridad (14 %) y la documentación (el 7 %).
Los incumplimientos más comunes entre las mascarillas higiénicas fueron que no figura el etiquetado en castellano, ni la composición textil, que hay ausencia de los datos testados o del precio final y por unidad de medida, que no se plasma la advertencia de que este dispositivo no es un producto sanitario, ni un equipo de protección individual o no existen recomendaciones de uso.
En las mascarillas EPI fueron también en distinta proporción por información y etiquetado (el 44 %), aspectos relacionados con la salud y seguridad (30 %) y la documentación (el 24 %).
Los de las mascarillas EPI fueron la falta autorización temporal, el marcado CE no va acompañado de los cuatro dígitos del organismo notificado o si figura no es uno válido, la presencia de certificados falsos o no válidos, no se informa del riesgo que protege, aparecen símbolos y pictogramas no conformes o no aparece la referencia al Reglamento UE 2016/425.
Además, a veces figuraba la referencia FFP2 sin haber sido certificada para ello. Consumo concluye en su informe que se halló un gran número de incumplimientos en las mascarillas higiénicas y EPI para consumidores, especialmente en el mercado a través de internet.
En términos generales se detectó una falta de información y formación respecto de los productos que los operadores económicos comercializaban, y la información que se estuvo facilitando a los consumidores en comercio minorista, en mucho casos imprecisa o incluso falsa o errónea.