Una empresa alicantina ha desarrollado una mascarilla homologada que cambia de color cuando la temperatura corporal alcanza los 37.5 grados. Esta mascarilla puede ser muy útil, aseguran desde la compañía, para frenar la expansión del coronavirusen lugares concurridos como oficinas, transporte público y en centros educativos.
La mascarilla patentada y desarrollada por una empresa de Muro de Alcoi, Alicante, dedicada a la estampación textil, tiene todas las certificaciones necesarias. Ha sido homologada para su uso en mascarillas higiénicas por el Instituto Tecnológico del Textil (AITEX), que ha certificado su durabilidad y efectividad frente a la prevención del virus.
La mascarilla se pone de color blanco cuando la temperatura alcanza los 37,5 grados. Así podría ser muy útil para los colegios, donde los niños a partir de seis años deben llevar mascarilla y donde se les toma la temperatura al entrar o antes de salir de casa. Cada comunidad autónoma ha establecido con qué temperatura los menores deben permanecer en casa: En Madrid es a partir de los 37,2 grados, en Extremadura y Galicia el límite está en 37,5 y en Euskadi son más exigentes, en 37.
También proponen su uso en oficinas o en el transporte público. Pero no solo de mascarilla va la cosa. La empresa, que como otras muchas ha tenido que reinventarse con la pandemia de coronavirus, también ha desarrollado pulseras y pegatinas. Esta vez pensado en los niños más pequeños.
La empresa ya cuenta con todos los permisos para su comercialización y trabaja en los primeros pedidos. El fundador y gerente de Colorprint, Rafael Torregrosa, afirma "está teniendo una gran acogida" y confía en que "facilite el trabajo a los profesionales, además de ayudar a detectar posibles contagios y frenar así la expansión del virus".
La mascarilla que cambia de color está hecha con un tejido con sensibilidad térmica a través de una técnica de estampación textil. Por eso se pone blanca al estar en contacto con la piel si sube la fiebre. Tiene una filtración bacteriana del 98%.