Hay personas que siempre tienen las manos frías. En invierno se puede entender, pero cuando suben las temperaturas todo el mundo empieza a darte razones, algunas en forma de refrán y otras preocupantes, por las que la temperatura de tus manos nunca sube: que tienes el corazón caliente, mala circulación, anemia, diabetes…
Tener las manos frías no tiene por qué estar asociado a un trastorno de salud. El cuerpo es sabio y cuando hace frío prefiere guardar el calor para mantener en buen funcionamiento los órganos vitales restando calor a las extremidades, por eso las manos y los pies son lo primero que se enfría.
Cuando suben las temperaturas la afirmación anterior carece de sentido y es entonces cuando saltan las alarmas: ¿pueden unas manos frías indicar la existencia de algún tipo de patología? Pues en unos casos es un indicador, pero en otros no hay que preocuparse. Para salir de dudas lo mejor es escuchar qué dicen los especialistas
La Dra. Paz Cerdá, dermatóloga y vocal de la Academia Española de Dermatología y Venereología, pone el foco en la ansiedad y explica que ante una situación angustiosa hay personas a las que le sudan las manos y a la vez las sienten frías. Lo que sucede es que se produce una alteración del riego sanguíneo que se manifiesta con una sudoración y un enfriamiento excesivo de las manos.
El Dr. Geoffrey Barnes, cardiólogo vascular en el Centro Cardiovascular Frankel de la Universidad de Michigan, explica que en algunos casos son los problemas de circulación lo que pueden justificar el hecho de tener siempre las manos frías. El consejo del Dr. es que, si hay sospechas de que se tienen un problema cardíaco o problemas de flujo sanguíneo, lo correcto es acudir a un médico lo antes posible.
Para el Dr. Xavier Xercavins, Médico General y experto en Medicina Interna e Integrativa de Barcelona, explica que el hipotiroidismo es otro de los factores que provoca esta tendencia al frío. Cuando las hormonas dejan de funcionar correctamente, es el caso del hipotiroidismo que provoca una disminución en la actividad de la glándula tiroides, el organismo trabaja más lento y uno de sus síntomas es la sensibilidad al frío.
En el caso de las mujeres este fenómeno también se puede producir durante el embarazo y la menopausia y es consecuencia directa de una variación en los niveles de hormonas.
Desde la Clínica Mayo apuntan a la anemia como una de las causas habituales de las manos frías. Se trata de una afección que provoca la carencia de suficientes glóbulos rojos sanos para transportar un nivel adecuado de oxígeno a los tejidos del cuerpo y cualquier enfermedad que afecte al área metabólica o a las células sanguíneas desestabiliza la capacidad del cuerpo para regular su temperatura, especialmente en las extremidades.
Otras enfermedades como el Síndrome de Raynaud o la Diabetes también pueden hacer que tengas las manos siempre frías, pero sólo debes preocuparte si esta molestia va asociada a otros síntomas: en la primera, los dedos toman un tono azul y provoca hormigueo y la segunda suele ir asociada a pérdida de peso y visión borrosa.