Los hospitales siguen probando tratamientos para combatir al coronavirus. Uno que parece que está funcionando con bastante éxito es la transfusión de plasma de pacientes que ya han superado la enfermedad y tienen anticuerpos en su sangre.
Para este ensayo se necesitan donantes inmunes al COVID-19. Gente como Antonio Arroyo, médico de familia que ahora participa en este proyecto de la Comunidad de Madrid con su propio plasma. “Si puede salvar a uno ya con eso me doy más que por satisfecho”, afirma.
Por el torrente sanguíneo de Antonio corren miles y miles de anticuerpos contra el COVID-19, uno de los 50.000 sanitarios que se han contagiado luchando contra la pandemia. “Lo pase muy mal, muy agobiado, no podía hacer nada”, recuerda.
Ahora toda esa angustia, todo el horror sufrido se transformará en litros de esperanza. Aunque si alguien entiende de esto es José Ángel Fernández, hematólogo y ahora también donante. “Te sientes especialmente bien contigo mismo y por supuesto con la posibilidad de ayudar a los demás”, comenta.
Los beneficiarios de la terapia serán seleccionados con unos criterios muy concretos: que tengan una neumonía grave o factores de riesgo de mala evolución clínica, que sean mayores, inmunodeprimidos, con enfermedades crónicas o que no respondan a los tratamientos convencionales durante las primeras 24 a 48 horas de ingreso.
El plasma hiperinmune es un arma terapéutica que puede aguantar hasta 3 años congelada, vital ante futuros rebrotes. Y aunque los ensayos clínicos sobre su eficacia aún está en marcha, en China, Italia o España ya están dando buenos resultados, sobre todo en los pacientes más graves a los que no reaccionan a otros tratamientos. “Tenemos datos muy esperanzadores. Han comunicado casos francamente bonitos de que, en muy pocos días, el paciente se da la vuelta y sale de la UCI, sale de hospitalización y se va a su casa”, confirma Ana Arruga, hematóloga del Centro de Transfusión de la Comunidad de Madrid.
Desde abril, en ese centro se ha comenzado a desarrollar, junto con los hospitales madrileños, este proyecto para intentar curar a enfermos con coronavirus. Las extracciones de plasma se efectuarán a pacientes que se hayan curado del COVID-19 y que cumplan los criterios habituales que se demandan para esta donación, como el peso, el estado de salud o la edad, siempre que así lo consientan.
La terapia se basa en experiencias previas y en estudios que se han desarrollado en otros países, ya ha sido aprobada por la Agencia de Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés), y se ha empleado para hacer frente a otras infecciones como la gripe española de 1918, el SARS o el MERS.
Asimismo se han llevado a cabo cuatro transfusiones de este tratamiento experimental en la Comunidad Valencina para mejorar el pronóstico de pacientes con una evolución complicada: dos en el Hospital La Fe de Valencia, una en el de Sant Joan d’Alacant y otra en el Hospital Clínico de Valencia. Los primeros resultados están siendo positivos.
En Galicia, un paciente de 72 años enfermo de COVID-19 fue la primera personas en esa comunidad que recibió terapia antiviral con plasma de otro paciente ya curado. El hombre, ingresado en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, padecía neumonía bilateral debido al virus y teenía varias enfermedades crónicas, por lo que los tratamientos convencionales habían resultado "poco eficaces", según el Servicio Gallego de Salud (SERGAS).