Sigue la polémica con los ancianos en Madrid. La Comunidad también desaconsejó el traslado a los hospitales de las personas mayores con fragilidad desde sus domicilios y no solo desde las residencias, tal y como consta en un texto dirigido a los profesionales de Atención Primaria que estuvo en vigor entre finales de marzo y principios de abril, todavía en el momento de expansión de la pandemia del coronavirus.
Este documento recomendaba no trasladar a los hospitales a mayores de 80 años con patologías graves “y/o escala clínica de fragilidad o mayor a 5”, un nivel que indica “enlentecimiento y necesidad de ayuda para actividades como medicación o tareas domésticas”, tal y como publicó la Agencia Efe el pasado 10 de abril.
Entonces, fuentes de la Consejería de Sanidad confirmaron a Efe que este documento de la Gerencia Asistencial de Atención Primaria había estado en vigor desde el 23 de marzo y que se iba a eliminar el criterio de la edad.
En el texto, al que tuvo acceso Efe, se destacaba la necesidad de “disponer de recomendaciones que ayuden a priorizar la asistencia” como “una obligación ética", así como "establecer criterios de justicia distributiva que respondan a criterios clínicos y científicos” y que “disminuyan la incertidumbre en la toma de decisiones de los profesionales y les apoye en la toma de decisiones en base a criterios clínicos y éticos”.
“Esto se contempla ya en los hospitales de la Comunidad de Madrid, lo avalan distintas sociedades científicas y Atención Primaria no debe ser ajena a ello”, señalaba.
El protocolo recomendaba, ante "signos de compromiso respiratorio" y "de saturación de oxígeno", "valorar la permanencia en el domicilio" de las personas de igual o más de 80 años "con enfermedad de órgano terminal (insuficiencia cardiaca crónica avanzada, enfermedad obstructiva crónica grave, cirrosis hepática, insuficiencia renal crónica grave) y/o escala clínica de fragilidad igual o mayor a 5".
El traslado o no de los enfermos debía ser decidido en cada caso por al menos “dos profesionales sanitarios”, que tenían que comunicar el proceso de la toma de decisiones "con el paciente y su entorno afectivo" de forma "clara, honesta y empática" y documentar en la historia clínica "todo el proceso de toma de decisiones" y la decisión final.
Para quienes no fuesen trasladados se pautaba un tratamiento domiciliario para aliviar la sintomatología y dar confort al paciente suministrando cloruro mórfico -morfina- para evitar la disnea -dificultad para respirar- y otros fármacos ante la fiebre, la agitación, estertores o vómitos.
Tras las quejas por discriminación de la Asociación de Bioética y de la organización Derecho a Vivir, fuentes de la Consejería de Sanidad señalaron a Efe el 10 de abril que se iba a eliminar el criterio de la edad, desaconsejando únicamente el traslado a los hospitales de personas en situación muy grave (dependientes cerca del final de su vida) o terminal.
El documento de las residencias fue “un error” Este texto se une a las instrucciones de triaje que se enviaron a las residencias de mayores y que, según el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, solo se aplicaron a partir del 27 de marzo, después de haber eliminado la recomendación de no derivar a los hospitales a aquellos ancianos con infección respiratoria que no puedan caminar por sí solos.
El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ha admitido que la anterior versión del texto se envió a los centros, aunque lo atribuye a un “error”, una versión que ayer respaldó el vicepresidente madrileño, Ignacio Aguado, a pesar de que este protocolo ha provocado un enfrentamiento abierto entre Escudero y el consejero de Políticas Sociales Alberto Reyero, de Ciudadanos.