La luz ultravioleta es la última arma que ya están usando algunos los hospitales para erradicar el COVID-19 en las habitaciones. En la Clínica Universidad de Navarra cuentan ya con tres de estos avanzados sistemas de desinfección que en tan solo 10 minutos acaban con cualquier patógeno y permiten mantener sus estancias limpias y libres de virus.
Se trata de una técnica pionera en España que utiliza rayos UV que podría sustituir a la tradicional desinfección por ozono. Estos modelos se fabrican en Canadá y también ayudan a reducir infecciones adquiridas en hospitales de los Estados Unidos.
La Irradiación Ultravioleta Germicida (UVGI) ha sido utilizada por más de 50 años en hospitales y otras industrias tales como la de tratamiento de aguas. La energía germicida UVC es efectiva en la penetración de la membrana celular de los microorganismos causando daño irreparable en el ADN con el resultado de la esterilización de dichos microorganismos.
Estos sistemas de desinfección de habitaciones por UV son muy efectivos pero requieren de un posicionamiento múltiple a través de la habitación para eliminar las “áreas sombreadas” que bloquean la capacidad de esterilización de la luz UVC. La empresa que los fabrica asegura que ningún otro sistema médico de desinfección por UV tiene la habilidad de tratar un paciente o una sala de operaciones tan eficientemente como este.
Por su parte, la OMS es partidaria de que el ozono es el desinfectante más potente contra todo tipo de microorganismos. Gracias a su poder de desinfección y esterilización, se usa en todo tipo de superficies con bastante eficiencia. Ya en 2003, cuando se desarrolló el virus del Sars, el ozono fue una de las soluciones más populares para erradicar la enfermedad.