Lo que más duele es recordar a los compañeros que se han ido. Luis Díaz lo hace a menudo. Hace 8 años le diagnosticaron cáncer de páncreas. Toda una sentencia de muerte que ya no lo es tanto. Luis, pese a tofdo, miró de frente a la estadística. Los números eran demoledores.
Alfredo Carrato, Jefe de oncología del Ramón y Cajal, no los esconde: la mortalidad es superior al 90%. En este hospital madrileño los médicos buscan a personas que tengan un historial en el que los familiares hayan sufrido esta enfermedad para prevenirla y hacer estudios rutinarios.
Pero los investigadores no descansan y hay motivos para celebrar. Por primera vez, más de 1.200 investigadores de 37 países distintos, han conseguido identificar todos los cambios genéticos que producen un tumor.
Es un descubrimiento importantísimo que ayudará en el futuro a detectar el cáncer mucho antes de que se desarrolle. Más de mil científicos de todo el mundo han conseguido crear el mapa más completo del genoma de esta enfermedad.
Un importantísimo avance científico que revela que esas mutaciones aparecen muchos años antes de que se desarrollen los tumores, incluso cuando somos niños. Anticiparse con plazos tan amplios permitirá en un futuro tratamientos personalizados y llegar a eliminar las células que presentan mutaciones. A día de hoy hay cánceres como el de páncreas con un pronóstico difícil de asumir.
El programa está dando sus frutos y es que ya han diagnosticado a 4 personas. La detección de esta enfermedad mejora las expectativas y tranquiliza a las familias de los pacientes que la sufren. Evita que los propios afectados tengan la incertidumbre según dicen de “saber cuándo les toca”. Luis todavía es la excepción a la regla.