La modelo y ex Miss España Inés Sainz es el rostro y el reflejo de la realidad escondida de muchos enfermos de cáncer. Porque junto con la lucha por ganar a la enfermedad convive el día a día del trabajo, de la relación con los compañeros, de ser el mismo que cuando uno estaba sano. Inés está convencida de que la empresa de cosméticos para la que trabajaba rescindió su contrato cuando ella confesó abiertamente que tenía cáncer. Lo hizo en un vídeo para dar visibilidad a la enfermedad pero su iniciativa acabó en llanto. Inés cree que nunca nadie en la empresa reconocerá que su despido fue motivado por la enfermedad pero ella considera que la decisión fue "blanco y en botella", porque a los dos días de decirlo, la despidieron.
Javier González, trabajador de la AECC, explica que "el diagnóstico de cáncer no es un motivo de despido", pero sí "las ausencias laborales". Y de hecho el TC acaba de publicar una sentencia en la que da luz verde al despido por bajas intermitentes en el trabajo (hoy hemos conocido el primer despido acorde a esta sentencia). Es el otro miedo de los que padecen cáncer. No volver a ser los que eran en su trabajo ni ser tratados como antes de que estuvieran enfermos.
Al año, hay 10.000 nuevos enfermos parados en España, en situación de extrema vulnerabilidad. Porque tienen que pagar el transporte para asistir al tratamiento, analgésicos, material protésico, cremas... unos gastos que pueden ascender hasta los 300 euros y que personas como Montse no se pueden permitir. A Montse se le acabó el paro, o sea, no cobra nada y tiene que pagar las medicinas que no incluyen la Seguridad Social. Asegura que "son muy caras" y confía en que la mentalidad de las empresas cambie, porque "escuchan la palabra cáncer y escapan".
Según los últimos datos publicados por la Asociación Española Contra el Cáncer, casi 4 de cada 10 diagnosticados de cáncer en 2018 tenían menos de 65 años. Dada la gran incidencia en personas en edad de trabajar, establecer políticas integrales sobre el cáncer desde Recursos Humanos es una estrategia muy útil para la prevención y manejo de este tipo de casos. Sin embargo, tal y como muestra el estudio realizado conjuntamente por la aseguradora de salud Cigna España y MD Anderson Cancer Center Madrid, ‘El cáncer en la empresa. Perspectivas 2020’, se trata de una práctica con muy poca implantación en España: únicamente el 16% de las medianas y grandes empresas españolas cuenta con políticas de este tipo.
Tras el análisis de las encuestas realizadas a directivos de RRHH, pertenecientes a empresas españolas de más de 50 empleados, los resultados revelan que el 93% de los profesionales consultados ha vivido diagnósticos de esta dolencia entre sus empleados. Sin embargo, únicamente el 73% afirma que su organización está preparada y capacitada para gestionarlos, mientras que solo el 42% proporciona a sus empleados información sobre esta enfermedad.
Estos datos, presentados en el marco del congreso de Recursos Humanos SBC Forum Madrid, dan cuenta de una realidad muy presente en las empresas: el incremento progresivo de la incidencia del cáncer, a causa del envejecimiento poblacional, el incremento de la esperanza de vida o los avances médicos que permiten una detección precoz de nuevos casos, entre otros motivos. Tal y como muestran las últimas estimaciones de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) en su Informe ‘Las cifras del Cáncer en España 2019’, a cierre de 2019, se habrán detectado 277.234 nuevos casos, un 12% más que en 2015.
En este sentido, del total de encuestados que han tenido casos de cáncer entre sus empleados, el 79% de ellos llevó a cabo alguna medida especial para que la persona afrontase la situación de la mejor forma posible, y el 74% facilitó herramientas para que el trato por parte del resto de la plantilla fuese el adecuado. Las medidas que se emprendieron se centralizaron, principalmente, en: comunicación periódica con el afectado (78%), horario de trabajo flexible con opción al teletrabajo (74%), reasignación o redistribución de tareas secundarias a otro empleado (67%) y reincorporación paulatina (61%).
Sin embargo, pese a contar con este tipo de programas, la eficacia de las medidas que se están llevando a cabo es, según reconocen, algo mejorable (la calificación media que les dan es de 7/10). Además, existe un importante margen de mejora en cuanto a la comunicación interna alrededor de este tipo de medidas, ya que solo el 44% de las empresas lo hace.
Los datos del Informe ‘El cáncer en la empresa. Perspectivas 2020’ muestran que el 83% de las empresas ofrece algún tipo de beneficio enfocado a fomentar un estilo de vida activo y a promover el consumo de alimentos saludables. Además, el 78% ofrece seguro médico en su empresa y el 84% ha puesto en marcha alguna vez programas de sensibilización sobre la importancia de realizarse revisiones de salud anuales.
Tal y como indica Isabel López Cotorruelo, Director Médico de Cigna España, “la empresa debe convertirse en un agente activo de promoción de la salud, brindando acceso a la información y a las herramientas necesarias para cuidarse, con el objetivo de concienciar acerca de que un estilo de vida saludable contribuye a prevenir la aparición de muchas enfermedades, entre ellas, el cáncer”.
Sin embargo, a la hora de preguntarles si alguna vez han implantado alguna iniciativa específica para la prevención del cáncer, el 73% dice que no, el 7% está en proceso de ofrecer alguna y únicamente el 20% disponen de ellas.
Según el estudio de Cigna España y MD Anderson Cancer Center Madrid, el 84% es consciente de que el ámbito laboral es un pilar muy importante para el paciente oncológico. No obstante, opinan que, en general, las organizaciones no están demasiado concienciadas con la importancia del manejo de esta enfermedad en el lugar de trabajo (el 48% lo cree así).
Para ellos, el apoyo psicológico por parte de la empresa es clave. De ahí que, según su opinión profesional, el establecimiento de un programa de ámbito psicológico sobre cómo sobrellevar esta patología sea una excelente apuesta (82%) o que la sensibilización de los empleados respecto al tema sea muy importante para tratar estos casos (78%).
“Desde la empresa se puede mejorar la calidad de vida de los trabajadores que están en un proceso oncológico. El área laboral es un foco de preocupación de los pacientes y es importante abordarlo y disminuir la angustia. Por todo ello, la comprensión, apoyo emocional, comunicación y flexibilidad son aspectos que valoran mucho los trabajadores oncológicos y sus familiares”, apunta Marta de la Fuente, responsable del Servicio de Psicooncología de MD Anderson Cancer Center Madrid.
En el estudio también se reafirma la idea de la importancia que tiene la dirección de la compañía en este sentido: 9 de cada 10 cree que es la primera que debe sensibilizarse. Es más, consideran útil (78%) la idea de implantar un programa de entrenamiento gerencial sobre las mejores prácticas en sensibilización hacia empleados con enfermedades graves.
Otras medidas que piensan que son importantes para este apoyo es crear un manual de información con los desafíos y circunstancias físicas y psicológicas de un empleado diagnosticado de cáncer (78%) o sobre cómo actuar y comportarse en estos casos (75%).
Los directivos de RRHH están de acuerdo (el 81%) con que la empresa debe prestar apoyo a todos aquellos trabajadores que cuenten con familiares cercanos enfermos de cáncer, pero solo el 54% considera que su empresa esté preparada y capacitada para gestionarlo de forma adaptada y flexible, y únicamente el 7% cuenta con políticas preestablecidas de apoyo para estas situaciones.
Algo que contrasta enormemente con la incidencia de este tipo de situaciones, y es que casi la totalidad de encuestados (94%) ha tenido episodios como este. La forma de proceder, en la gran mayoría de los casos, fue ofrecer flexibilidad horaria u opción de teletrabajo (82%) y tener una comunicación periódica con él a fin de acompañarle en su proceso personal (77%).