Ya casi nadie duda de la necesidad de llevar mascarillas para evitar contagiarnos y contagiar de coronavirus. Sin embargo, no todas las mascarillas son igual de efectivas, ni es fácil hacer un uso adecuado de ellas. Varios estudios han intento demostrar qué mascarillas protegen más.
Uno de las más recientes investigaciones es de la Florida Atlantic University, publicado en Physics of Fluids, que examina cómo los diferentes diseños y materiales de las ‘mascarillas caseras’ –no las adquiridas en farmacias y tiendas- alteran el recorrido de las gotitas que expulsamos al respirar y pueden contener el virus.
Estos investigadores determinaron que las mascarillas con pliegues sueltos y las coberturas tipo pañuelo tenían poco o ningún efecto para detener las gotas. Sin embargo, las caseras bien ajustadas con múltiples capas de tela y acolchado y las de estilo cono estándar resultaron ser las más efectivas. A pesar de algunas fugas, redujeron significativamente el número de gotas.
Por otro lado, cabe destacar que cuando los maniquíes del estudio no tenían mascarilla puesta, proyectaban gotas mucho más más lejos que los dos metros que con frecuencia se recomiendan en las pautas de distanciamiento social.
Este estudio insiste en que los “recubrimientos faciales no son 100% efectivos para bloquear los patógenos respiratorios” por lo que, además del uso de mascarillas es importante el distanciamiento social.
Otro estudio de la Universidad de Edimburgo concluyó que una mascarilla casera o industrial mal ajustada podría esparcir gotas en diferentes direcciones. Lo que podría ser incluso peor que no usar ningún tipo de mascarilla.
Pero a la hora de ponernos la mascarilla sabemos cómo hacerlo. Los expertos sanitarios insisten en que tienen un derecho y un revés. En el caso de las quirúrgicas, las recomendadas para la población en general, la parte oscura va hacia afuera y no debemos tocarla con las manos. Al ponérnosla y quitárnoslas hay que cogerlas por las tiras que enganchan en la oreja y si tienes el pelo largo recogerlo antes en una coleta. No se deben usar más de cuatro horas y no son reutilizables.
Si llevamos una mascarilla de tela casera hay que tener claro que al guardarla debemos hacerlo en una bolsa transirable –o mejor sobre de papel dadas las altas temperaturas- que aisle la mascarilla del resto de objetos, según explica la Organización Colegial de Enfermería y el Área de Enfermería de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Respiratoria (SEPAR). A la hora de lavarlas hay que hacerlo con agua caliente. El SEPAR recuerda que las mascarillas son unipersonales, es decir, no se deben compartir.
Sea como sea la mascarilla, nunca debemos dejarla tras su uso sobre una mesa, ni rozar otros objetos. Si estamos infectados con coronavirus podríamos pasarlo a esas superficies. Tampoco vale llevarla en la barbilla, colgada de la oreja o en el codo.
Llevar la mascarilla no debe relajarnos. Se deben mantener otras medidas de seguridad frente al COVID-19 como evitar abrazos y contacto con otras personas, lavarnos las manos muy bien y con frecuencia y usar gel hidroalcohólico.