La variante delta va conquistando terreno. En cuatro comunidades ya es la predominante entre todos los casos detectados. Por ello aumentan los cribados, sobre todo, entre los más jóvenes. En general son por contactos estrechos El problema es que no todos los convocados acuden a la cita porque no quieren perderse sus salidas y botellones. La ministra pide responsabilidad, pero parece que tira más la fiesta-. Lo confiesan algunos de los jóvenes ante las cámaras. “La gente de mi edad está pasando un poco del tema”.
Tanto es así que muchos ocultan sus contactos estrechos para poder seguir la diversión y no verse haciendo cuarentena en vacaciones. Eso dificulta frenar la expansión del virus y en algunos hospitales, como en Cataluña, los ingresos se han triplicado en diez días.
Las edades van de los 20 a los 45 años. Ya ha advertido Sanidad de que los jóvenes pueden contagiar sus padres, un mensaje que parece que aún no ha calado si atendemos a las imágenes de los botellones y fiestas sin mascarillas que se suceden, Los hospitalizados son principalmente, personas no vacunadas o que solo han recibido la primera dosis. "Este virus a la que le das una mínima oportunidad salta y salta de una forma explosiva. Y vuelve a trastocar los avances obtenidos.
La imprudente no es patente de los jóvenes españoles. Solo hay que echar un vistazo a Inglaterra y su celebración del paso a la Eurocopa. En países como el Reino Unido parecen querer tocar ya su ansiado día de la libertad el 19 de julio, aunque 4.000 expertos de todo el mundo hayan dicho que es una imprudencia. Mismas ansias de llenar los espacios vacíos en Francia, que abre el ocio nocturno mañana mismo tras 15 meses de soledad, ahora con un 75% de aforo en interiores libres de COVID, porque los que quieran bailar tendrán que presentar PCR negativa o vacuna completa. Pies quietos en Grecia que va en la dirección contraria por el miedo desatado por la variante Delta. Así que nada de darlo todo, mejor sentados y tranquilos, porque los cuatro millones de muertos alcanzados en todo el mundo esta semana no invitan, precisamente, al desenfreno. Pese a todo, que casi la mitad de la población mundial esté vacunada es una discreta razón para la esperanza.