Las nuevas restricciones al ocio nocturno pretenden evitar imágenes como las que se han repetido el fin de semana por toda España. Fiestas en las que los jóvenes se divierten sin tomar ninguna precaución contra el coronavirus, y lo más grave, el exceso de alcohol y la falta de medidas han terminado provocando incidentes, como un enfrentamiento a botellazos en una discoteca de Marbella.
En Marbella, para evitar más riesgos, se van a cerrar las playas a partir de las 21 horas 30 de la noche. A partir de este martes, las playas de la localidad tendrán un horario establecido desde las 9 horas hasta las 21 horas 30, con media hora de margen, hasta las 22 horas, para que los usuarios retiren toallas o sombrillas. Los que quieran ver el anochecer no lo podrán hacer desde la orilla, tendrán que verlo desde el paseo marítimo.
Bailando y bebiendo, sin mascarillas ni distancia. Fiestas, como las celebradas en Marbella, en Fuengirola, o la que se pudo ver en Ondárroa, Vizcaya, donde decenas de jóvenes se divierten sin ninguna protección, demuestran que era necesario tomar medidas drásticas para frenar el ocio descontrolado. "La segunda oleada está al acecho, hay que tomar medidas", señala un joven. "Parece que a la gente se le ha olvidado todo lo que hemos pasado durante este tiempo, y sobre todo a los jóvenes", añade otra ciudadana.
La incertidumbre planea sobre los empresarios de la noche, que se sienten criminalizados. Consideran la nueva medida, de restricción contra el ocio, desorbitada y la han recurrido ante los tribunales. "Hemos llevado los protocolos 'a dedillo'. Hemos dicho, vamos a hacerlo bien", ha señalado el representante de empresarios de ocio nocturno de Vigo, José Luis Asenjo.
La nueva medida parece ser la única manera de controlar los rebrotes que se están produciendo entre la gente joven. Algunos pierden la cabeza y acaban provocando incidentes que aumentan el riesgo de contagio. Cerrojazo nocturno que no ha sentado nada bien entre la clientela joven que se queda sin alternativas.