Jesús Sánchez Martos es el 'doctorcito'. Pero no un doctorcito cualquiera, sino el nuestro, el de millones de españoles. Apareció en nuestras vidas en plena pandemia, con su sempiterno traje azul y esas gafas de pasta que le dan un aire profesoral. Y desde el primer momento supimos que este doctorcito era el que necesitábamos. Lo dice Jorge Javier Vázquez, que ha visto cómo Jesús se convertía en un bálsamo para muchas personas atemorizadas y atenazadas por el coronavirus. Su forma de aclarar dudas y dar consejos, de forma serena y campechana, fue una buen receta en Sálvame. Ahora, escribe un libro, (sí, Jorge Javier le ha escrito el prólogo) 'Mejor prevenir que curar: Ganarle años a la vida y llenar de vida los años (Ediciones B) de nuevo conciso y al grano donde las enfermedades comunes son las protagonistas. Y sí, más de un dolor de cabeza podemos solventar echando un ojo a sus páginas. Jesús da algunas claves de anticipo en Informativos Telecinco. Nada menos que 18 respuestas a 18 preguntas que todos nos hemos podido hacer en casa alguna vez y de la que ahora ya sabemos la respuesta. Y ante la duda, como bien dice Jesús, consultemos con el médico.
¿Cuáles son las enfermedades más comunes del día a día de los españoles hoy?
Afortunadamente hoy gozamos en España de la mayor esperanza de vida de Europa, pero que tiene una especie de “peaje” al que hemos de hacer frente porque cada vez son más frecuentes las enfermedades crónicas como la artrosis, las alteraciones de la vista y el oído y las demencias tipo Alzheimer entre otras.
Por otra parte, nuestro moderno estilo de vida hace que cada vez sean más frecuentes las enfermedades cardiovasculares (hipertensión arterial, diabetes, enfermedad coronaria, ictus, etc.), la obesidad, alteraciones de la salud mental y el cáncer en general, sobre todo el cáncer de pulmón, consecuencia directa del tabaco. La mayoría de ellas totalmente evitables con solo modificar nuestros hábitos de vida.
¿Cómo han cambiado estas con la pandemia de covid?
Han cambiado en cuanto a frecuencia y a pronóstico, porque en muchas ocasiones el Sistema Sanitario no ha sido capaz de atender a las personas en su justo momento. Muchas mujeres con cáncer de mama y muchas personas con cáncer de colon han sido diagnosticadas de forma tardía, lo que ha implicado un claro aumento de metástasis y de mortalidad, consecuencia de los continuos retrasos de los programas de prevención y diagnóstico precoz.
Por otra parte, hoy conocemos muchos casos en los que la enfermedad coronaria no ha sido ni diagnosticada ni atendida con la urgencia necesaria con lo que también ha aumentado su mortalidad.
Se han consumido muchos más medicamentos ansiolíticos y antidepresivos, fruto de la soledad y el miedo, sobre todo durante los tres meses de confinamiento. Y el cierre de los Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP), ha sido sin duda la causa de la continua saturación de los Servicios de Urgencia de los Hospitales.
¿Estamos enganchados a los ansiolíticos?
Si, y cada vez más como consecuencia del confinamiento de los tres primeros meses de la pandemia, pero también por el continuo estrés. Recordemos que los ansiolíticos son medicamentos que tienen dos propiedades: producen una clara dependencia, además de tolerancia, lo que significa que cada vez se necesita más dosis para conseguir el mismo efecto.
El mayor peligro en este tema radica en el aumento de la medicación de ansiolíticos. Por ello es necesario denunciar ante las autoridades todas las páginas que en Internet ofrecen estos medicamentos o similares, sin la receta de un médico.
¿Estamos preparados para una nueva pandemia?
Hemos demostrado que no en general. Todos los profesionales sanitarios hemos demostrado que estamos preparados, pero nos faltan recursos materiales y nuevas políticas de recursos humanos, además de potenciar el Sistema Sanitario en general y especialmente la Atención Primaria, que ha fallado de forma estrepitosa en esta Pandemia, al haber centralizado todo en la Atención Hospitalaria. Por otra parte, desde el principio he defendido que la Salud Pública debe estar centralizada en el Ministerio de Sanidad, potenciando una estrategia centrada en un “mando único central y coordinado”.
Y si nos centramos en nuestros mayores, un suspenso general a nuestras autoridades sanitarias, por no haber sido valientes al no haber exigido la imprescindible “medicalización” de todas las residencias sin excepción, públicas y privadas.
¿Cómo conviviremos con el covid?
Con los datos de que disponemos en estos momentos, tras dos años de Pandemia, es muy posible que el coronavirus haya llegado a nuestras vidas para quedarse. Pero afortunadamente ahora contamos con un gran arsenal de vacunas que contribuyen a disminuir la virulencia del coronavirus.
Es cierto que todavía no tenemos la “vacuna esterilizante”, y que una persona vacunada puede contagiarse de nuevo y contagiar la enfermedad, pero también es cierto que la enfermedad es mucho más leve en estos casos.
Mi esperanza, como la de todos, es que en poco tiempo podamos contar con la vacuna esterilizante y eficaz que se está investigando en España. Deberemos recordar que la prevención se ha de basar en el uso de mascarillas en los espacios interiores, en el transporte publico y en los ascensores, además de respetar la distancia de seguridad de 1.5-2 metros.
¿Cómo saber si tengo migraña y qué hacer para paliar sus efectos?
Afortunadamente el 90 % de los dolores de cabeza son benignos, pero si el dolor es continuo en el tiempo, en lugar de automedicarnos, debemos acudir a la consulta del especialista mas cercano, que es nuestro médico del Centro de Salud.
Las migrañas o jaquecas son los dolores de cabeza más frecuentes, llegando a afectar a más de 130 millones de personas en Europa. A pesar de ser un “síntoma”, la O.M.S. la considera como la octava enfermedad más discapacitante.
Lo más importante es acudir al Centro de Salud porque nuestro médico de cabecera será quien establezca si se trata de una jaqueca o migraña y decidirá tanto el tratamiento como el diagnóstico en cada caso. Pero nunca es recomendable practicar la automedicación.
Si tengo dolores frecuentes de cabeza qué debo hacer y de qué enfermedades puede ser síntoma
Existe un porcentaje de dolores de cabeza que forman parte de las “cefaleas secundarias” que debemos diagnosticar de forma precisa. Las más frecuentes son consecuencia de un proceso febril que puede ser el desencadenante de una infección y que necesita de un tratamiento antibiótico, a no ser que se trate de un virus.
También pueden ser la punta del iceberg de una enfermedad respiratoria, una hipoglucemia, enfermedades cerebrovasculares, alteraciones visuales o incluso un tumor cerebral, por lo que siempre es mejor seguir las directrices diagnósticas que decida nuestro médico: pruebas analíticas, consulta con el neurólogo, con el oftalmólogo, con el endocrinólogo y exploraciones complementarias como radiografías, ecografías, escáner y resonancia magnética nuclear, además de un electroencefalograma y una punción medular si procede,
Este tipo de dolores de cabeza, también pueden ser secundarios al consumo de tabaco y al exceso de consumo de alcohol.
¿Cómo combatir la presbicia y a cuánta gente afecta?
Es el trastorno más frecuente en el 95% de los que ya cumplimos más de 40 o 50 años. Para poder leer un periódico, la factura de la luz o el prospecto de un medicamento, necesitamos alejarlos porque no vemos de cerca con claridad y en muchas ocasiones buscamos una fuente más intensa de luz.
La presbicia es consecuencia directa del envejecimiento y afecta realmente a nuestra calidad de vida, razón por la que siempre es aconsejable diagnosticar el problema por parte del óptico-optometrista o el oftalmólogo, que serán quienes nos ofrezcan la mejor solución con las conocidas popularmente como “gafas de cerca”; pero siempre con la graduación que cada persona necesite y nunca con las gafas prefabricadas que “con diferentes graduaciones” se venden alegremente en algunas farmacias y superficies comerciales.
¿Cuánto tiempo es recomendable llevar una gafa de cerca?
Si realmente necesitamos unas “gafas de cerca”, las tendremos que utilizar solo cuando sean necesarias, es decir, para leer, coser o para dibujar por ejemplo, pero desde luego no para ver la televisión ni para trabajar con el ordenador.
La presbicia o vista cansada, con frecuencia se asocia con otras alteraciones como la hipermetropía o la miopía, y en estos casos lo más recomendable es utilizar “gafas progresivas”, porque son más eficaces y cómodas que las gafas bifocales.
¿Cómo combatir el estreñimiento?
Del mismo modo que todos los días desayunamos, comemos, cenamos y dormimos, es importante que diariamente o al menos cada dos días, y a la misma hora, tratemos de ir al baño para defecar. El estreñimiento es un síntoma que con frecuencia se padece en silencio y de forma crónica. Sin embargo, es un problema muy importante porque lo padecen más de 7 millones de personas en España.
Hablamos de estreñimiento cuando existe clara dificultad para defecar o se necesitan importantes esfuerzos para ello, al tiempo que se acompaña de una clara escasez de heces, o bien si lo hacemos con una frecuencia menor de 3 veces por semana.
La mejor forma de prevenir y combatir el estreñimiento se debe fundamentar en los siguientes consejos:
· Incrementar en nuestra alimentación las frutas, las legumbres y las frutas; una alimentación especialmente rica en fibra y que sea pobre en grasas.
· Beber 1.5-2 litros de líquidos al día: agua, zumos, y caldos.
· Practicar ejercicio físico de forma regular.
· No reprimir nunca el deseo de ir al baño, ni hacerlo con prisa.
· Tratar de evitar las cotidianas situaciones de estrés.
· Educar a nuestro intestino con un horario fijo aproximado todos los días.
· Y no abusar de los laxantes o supositorios de glicerina, que son la causa de que nuestro esfínter anal se vuelva algo “vago”, además de producir una clara dependencia a estos medicamentos.
Cuál es la diferencia entre angina de pecho e infarto de miocardio
Ambas enfermedades caracterizan claramente lo que los médicos denominamos como cardiopatía isquémica, que es la primera causa de “muerte evitable” en España, con solo modificar nuestros hábitos de vida.
Tanto la angina de pecho como el infarto de miocardio se producen porque disminuye la luz arterial, casi siempre por acúmulo de los depósitos de luz en su interior. En la angina de pecho esta obstrucción es parcial, mientras que en el infarto es total, lo que conlleva a una situación crítica al faltarle sangre y oxígeno al corazón.
El síntoma característico es el dolor que se localiza en el centro del pecho y que aparece de forma brusca; se acompaña de una clara sensación de falta de aire y de opresión retroesternal, en el centro del pecho, y que con frecuencia se suele irradiar al cuello y al brazo izquierdo, al mismo tiempo que puede acompañarse de síntomas vegetativos como la sudoración fría, mareos, vómitos y a veces incluso pérdida de conocimiento.
Lo importante para diferenciar estas dos enfermedades, es el tiempo que dura el dolor y si desaparece con el reposo. En el caso de la angina de pecho el dolor suele durar entre 20 y 25 minutos y cede con el reposo o con la ayuda de algún medicamento vasodilatador que nos haya recomendado nuestro médico y que se administran debajo de la lengua, como la nitroglicerina sublingual.
Si se trata de un infarto de miocardio, el dolor tiene las mismas características, pero suele aparecer sin hacer esfuerzos, dura más de 25-30 minutos y no cede con el reposo. Se trata de una situación muy crítica como decíamos antes, porque se produce la necrosis de una parte del miocardio que suele ser irreversible y necesita de un tratamiento urgente.
¿Han aumentado las taquicardias y arritmias por el estrés en los últimos tiempos?
Seguro que la pandemia y sobre todo nuestro actual estilo de vida, pueden ser la consecuencia de que las taquicardias hayan aumentado en la población, aunque la verdad es que se tratan con frecuencia de arritmias benignas y que tienen un buen pronóstico. Hablamos de arritmias, cuando se altera el ritmo normal del corazón, por lo que las taquicardias forman parte de este grupo de alteraciones.
Nos referimos a taquicardia, cuando que el corazón late mas deprisa de lo normal, por encima de los 70-75 latidos por minutos, es decir, es una alteración de la frecuencia cardiaca que puede ser por muchas causas y entre ellas la fiebre. Existen otros muchos tipos de arritmias, que pueden ser el origen y la causa de muchas enfermedades cardiacas y que se diagnostican en principio con un electrocardiograma, por lo que siempre es aconsejable acudir a nuestro médico del Centro de Salud y si es necesario al cardiólogo.
¿Qué enfermedades provoca el estrés?
Todo depende de si estamos ante una situación de estrés puntual o se trata de un problema que se padece con frecuencia, y que puede desencadenar alteraciones claras de la adrenalina, que es la que controla nuestra respiración y nuestro ritmo cardiaco. Si no controlamos las situaciones de estrés mantenido o crónico, puede afectarse nuestra salud mental y nuestra salud física en general. Es frecuente que esta alteración pueda ser el desencadenante de situaciones de ansiedad y de ligeras depresiones, por lo que no es recomendable la automedicación sin antes haber consultado con nuestro médico.
También el estrés puede ser la causa de un ataque cardiaco, incluso de un ictus, especialmente por el aumento de la tensión arterial, sobre todo en las personas hipertensas.
Pero también puede afectar a nuestro sistema inmunológico, disminuyendo nuestras defensas naturales, desencadenando algunas enfermedades gastrointestinales o respiratorias causadas por virus o bacterias.
¿El cáncer se hereda?
Ante preguntas tan concretas, siempre respuestas breves y concretas: No, en general el cáncer no es hereditario, porque los cambios genéticos que se producen en el desarrollo de un cáncer, no se heredan. Lo que no significa que los médicos no incluyamos en nuestra historia clínica de un paciente, si tiene antecedentes de cáncer en la familia. Lo hacemos siempre.
Según la mayoría de los estudios científicos solo el 5% de los distintos tipos de cáncer se relacionan, y no siempre de una forma directa, con algún gen heredado de los padres. Por lo tanto, la respuesta es que el 95% de los casos de cáncer no son hereditarios.
¿El cáncer duele?
Sí duele, pero no siempre y sobre todo dependiendo de la etapa de desarrollo de cada tipo de cáncer. Pero, a medida que avanza, claro que puede doler porque esté provocando la obstrucción de alguna parte de nuestro aparato digestivo, como la vesícula o el colon, o porque se trate de una metástasis que se haya centrado en algún órgano como el hueso o el cerebro, y que esté comprimiendo estructuras fundamentales para la vida.
¿El corazón duele?
Si, claro que puede doler el corazón, sobre todo cuando estamos ante un infarto de miocardio o una angina de pecho. Algo muy diferente es que nos duela el pecho y pensemos que se trata del corazón, porque ese dolor puede tener su origen en otros problemas muy diferentes, como alguna lesión en el esófago que pasa justo por detrás del corazón, como una esofagitis o una hernia de hiato, alguna enfermedad de los pulmones o de la pleura, o incluso alguna alteración del estómago que se sitúa justo debajo del diafragma.
Así una digestión pesada tras una gran comilona o bien una gran acumulación de gases, puede empujar el diafragma y éste al corazón que puede desencadenar un dolor parecido a una angina de pecho o un infarto.
También una crisis de ansiedad puede acompañarse de un dolor potente en el tórax, y una sensación de ahogo y opresión en el pecho que nos pueda hacer pensar que se trata de un infarto.
Ante cualquier dolor en el pecho que sea opresivo y se acompañe con dificultad para respirar, lo mejor es llamar al 112 o acudir al servicio de urgencias del hospital mas cercano.
¿Cómo paliar el dolor menstrual?
Ese dolor es la causa de los cambios hormonales que se suceden a lo largo del ciclo menstrual y que hacen que se produzca una descamación de la mucosa del útero cuando el ovulo no ha sido fecundado. Es fundamental desterrar el mito de que el dolor durante la menstruación es normal y se tiene que aguantar.
Este dolor está causado por un fenómeno inflamatorio, por lo que se debe tratar con antiinflamatorios y analgésicos pero a dosis bajas.
Es recomendable el uso de Ibuprofeno de 400 mg, un comprimido cada 6-8 horas, o bien Naproxeno de 250 mg con la misma frecuencia.
También se puede tomar como analgésico un Paracetamol de 650 mg, un comprimido cada 6-8 horas.
Pero mucho cuidado con el Acido Acetil Salicílico, porque además de poder desencadenar serias alteraciones en la mucosa del estómago, al ser un anticoagulante hará que la mujer sangre con más intensidad y durante más tiempo.
Cuando el dolor de la menstruación altera de forma importante la calidad de vida de la mujer, siempre se debe contar con el estudio detallado del ginecólogo, que en muchas ocasiones recetará anticonceptivos orales con el fin de regular el período menstrual y disminuir las molestias de la regla.
¿Cómo afrontar la menopausia y qué síntomas tiene en la salud?
No se puede considerar bajo ningún concepto a la menopausia como una enfermedad, sencillamente porque se trata de una etapa biológica y totalmente vital de la mujer.
Cuando llega la menopausia desaparece la función de los ovarios y con ello disminuye también la secreción de los estrógenos y progesterona que son las hormonas protectoras del corazón femenino.
Cualquier mujer en edad de menopausia debe acudir a sus revisiones anuales con su ginecólogo, que será quien determinara si necesita o no algún tipo de suplemento hormonal, que desde luego no tienen el riesgo de desarrollar un cáncer como tantas veces insisten los indocumentados de algunas páginas de Google.
Pero a pesar de no tratarse de una enfermedad, es cierto que esta etapa de la mujer puede acompañarse de alguno de estos síntomas: sofocos y palpitaciones, cefaleas o dolores de cabeza, alteraciones del ritmo del sueño, a veces un inicio de incontinencia urinaria, pérdida de la elasticidad de la piel por la disminución del colágeno, atrofia vaginal y vulvar en algunas ocasiones, que en realidad hacen mas difíciles las relaciones sexuales con penetración por el dolor que pueden notar, lo que denominamos en medicina como “dispareunia”.
Pero en ningún caso se debe entender como el final de la vida sexual de la mujer, o de la pareja, porque como tantas veces recuerdo… “el sexo no tiene canas si se tienen ganas”. Además, todos estos síntomas tienen solución, que será distinta para cada mujer y que debe determinar siempre el ginecólogo de forma personalizada.