La investigación del periodista científico James Nestor sobre el arte olvidado de la respiración surgió de la manera más pura, de la motivación más auténtica y genuina: su propia experiencia. Después de años sufriendo problemas respiratorios, como neumonías y bronquitis, después de pasar años usando broncodilatadores sin notar apenas mejoría, un amigo, médico, le recomendó que probara una clase de respiración. “Tuve una reacción muy profunda después de esta experiencia, pero no sabía muy bien qué hacer con esa historia porque, como periodista científico, no quería a escribir sobre mi experiencia personal”.
Años después, su trabajo como periodista le llevó a escribir un artículo sobre el buceo a pulmón libre o apnea. Explica Nestor que de estos buceadores aprendió “un montón de cosas increíbles que podemos hacer con la respiración”. El asombro prendió la mecha de la curiosidad y James Nestor empezó a investigar qué otras cosas se pueden hacer y mejorar con la respiración: “Encontré que puedes usar la respiración para calentar tu cuerpo, para fortalecer tu columna, que te puede ayudar a mejorar determinadas enfermedades crónicas, explica. Y luego vi que decenas y decenas de personas ya utilizaban la respiración para esto”.
El resultado de varios años de investigación ha quedado plasmado en su último libro, Respira (Planeta 2021), que ha deslumbrado a millones de lectores en todo el mundo. Se trata de una obra meticulosamente documentada sobre la respiración, un proceso del que sabemos muy poco, pero del que depende en gran medida nuestra salud.
Damos por hecho que respirar es una acción pasiva que hacemos de manera inconsciente, pero James Nestor insiste en que respirar de manera correcta, de manera que contribuya a mejorar nuestra salud, requiere patrones que se han estudiado y desarrollado a lo largo de la historia. “Sé que suena ridículo decir que tenemos que aprender a respirar de nuevo”, insiste Nestor. Pero “cuanto más me he sumergido en este asunto, mayor se ha vuelto mi compromiso personal por compartir esta verdad fundamental”.
Uno de los grandes descubrimientos que Nestor recoge en su obra, es cómo nuestra capacidad de respirar ha cambiado durante la evolución humana, y cómo
la manera en que respiramos ha empeorado desde la Revolución Industrial por el consumo de más alimentos blandos
que han debilitado nuestra capacidad de masticación. Esto ha derivado en el decrecimiento de la parte delantera del cráneo humano, lo que nos hace
más propensos a respirar por la boca
. Este detalle -respirar por la boca- sería, según las investigaciones de James Nestor, la causa de muchos de los problemas respiratorios del ser humano del siglo XXI.
Pregunta: Cuando era una niña de 7 años descubrieron que apenas respiraba por la nariz debido a una obstrucción en mi tabique nasal…después de dos cirugías, una a los 7 y otra a los 20 años, sigo respirando fatal por la nariz. Me llama la atención que los médicos no le den demasiada importancia a este tema. Por lo que cuentas en tu libro, es básico para la salud respirar por la nariz.
Respuesta: Me gustaría poder decir que es la primera vez que oigo esta historia, pero la he oído cientos de veces hasta ahora. Lo que ocurre es que nos centramos en que alguien pueda seguir adelante; pero no es lo mismo salir adelante, salir del paso, que la salud. Por ejemplo, yo, ahora mismo estoy respirando por la boca: estoy vivo, puedo funcionar, puedo trabajar, puedo hacer ejercicio…¡pero esto no significa que tenga salud! (…) Eso asusta. La mayoría de niños sufre algún tipo de problema respiratorio, a veces tiene que ver más con la nariz, a veces con la garganta, a veces es la manera en que respiran, a veces es la postura, el cómo se sientan, que respiran de manera disfuncional o que su columna está torcida. Y nadie le presta atención a esto hasta que no se convierte en una emergencia. Cuando tienes una infección, entonces la gente dice…¡ah pues a lo mejor está pasando algo! Esta es la manera en que funcionan las cosas. Este es el modelo de medicina moderna occidental…y hay médicos en mi familia ¿eh?
P: Este modelo del que hablas se centra en los problemas inmediatos graves.
R: Mi suegro, que es neumólogo, siempre me dice: “yo trato con los muertos vivientes”. Es que realmente tienes que estar en un determinado estado grave para recibir cuidados y, si no estás así, pues sencillamente no recibes cuidados. Yo lo puedo decir de mí mismo. Todo el mundo me decía: ¡estás bien! Pero yo, todos los años, tenía neumonía, bronquitis…yo sabía que no estaba bien. Pero, según su modelo, yo estaba bien, solo recibía cuidados cuando las cosas se ponían muy feas.
P: Dices en tu libro que respirar por la nariz y hacer el ejercicio de las cinco respiraciones por minuto: 5,5 segundos para inhalar y 5,5 segundos para exhalar, mejora considerablemente nuestra calidad de vida…
R: Cada cual mejorará en niveles diferentes. Pero son básicamente esas dos cosas, sí. Si todo el mundo hiciera eso, se beneficiaría de ello, ya seas asmático o deportista de élite. Algunos se van a beneficiar un poco, algunos se van a beneficiar mucho. Todo depende de para qué estés aplicando esta respiración. Respirar por la nariz siempre será un beneficio y si además sufres de asma o de ataques de pánico o haces ejercicio o respiras mucho por la boca, te puede beneficiar de manera significativa. Parece muy sencillo, pero muy pocas personas prestan atención a esto. Como occidentales, nos gusta complicar las cosas (…) pero las cosas sencillas son las más poderosas, sobre todo cuando estamos hablando de respirar.
P: Dices en tu libro que en occidente hay un gran vacío en nuestro conocimiento sobre la respiración y su papel en nuestra salud, pero que hay otras culturas que sí la han tenido en cuenta durante miles de años…
R: No creo que nuestros ancestros, nuestros antepasados, tuvieran que aprender a respirar. Por la misma razón, nuestros antepasados tampoco tuvieron que aprender a comer, ni a hacer ejercicio, ni a dormir, porque estaban en un entorno natural y sus actividades diarias hacían que se tuvieran que mover hasta 10 km al día para recoger los alimentos que ingerían, que eran todos naturales, eran integrales, un poco de carne, fruta, verdura. Luego, dormían cuando estaban cansado, por la noche. Hay una razón por la que las culturas de cazadores y recolectores que siguen existiendo hoy en día, los miembros de esas culturas, no tienen diabetes, no tienen presión sanguínea elevada, ni asma, ni alergias, ni enfisemas…y podría enumerar muchas más enfermedades. Es curioso pensar que la gran mayoría de problemas que sufrimos han sido creados por el hecho de vivir en una sociedad industrializada. Así que sí, sé que es ridículo pensar en que tenemos que aprender a respirar de nuevo…pero fíjate en todos los problemas respiratorios que hay a tu alrededor, fíjate en tu experiencia. En mi experiencia, la mayor parte de mis amigos y familiares tienen una nariz obstruida, apnea, ronquidos o algún tipo de problema respiratorio. Que algo esté muy extendido no significa que sea normal.
P: En el libro hablas de cómo a lo largo de la historia hemos visto que algunas prácticas que están relacionadas con un tipo de respiración mejoran la salud y el bienestar de las personas. Una de ellas es, por ejemplo, rezar.
R: Sí. Los investigadores explican -y esta es una cita de un estudio- que los efectos curativos del rezo, seguramente están más relacionados con la respiración de meditación y oración lenta y calmada, que con el mensaje espiritual propiamente dicho. Pero esto no es algo que diga yo. Yo cito a los investigadores. Y es verdad que podemos obtener beneficios específicos del rezo, simplemente por el hecho de respirar con este ritmo lento. Y si no me crees...solo tienes que medir tu frecuencia cardíaca y tu presión sanguínea para poder ver un poco la oxigenación que tienes en el cerebro. Todos estos elementos se pueden medir en el contexto de una respiración coherente. De nuevo, la naturaleza es sencilla pero sutil…Solo porque sea un ejercicio fácil, no significa que no tenga un factor poderoso.
P: Que este modelo de medicina occidental que tenemos no haya dado más importancia a esta idea tan sencilla de enseñar a la gente a respirar ¿puede deberse a intereses económicos?, me refiero a que no interese enseñar a la gente a respirar porque es algo barato que no deja mucho margen de negocio...algo que sí ocurre con la industria farmacéutica, por ejemplo.
R: ¿Por qué no se enseña la respiración a pacientes?,¿por qué los médicos no lo hacen? Los médicos no tienen tiempo para esto. Conozco a muchos médicos. Mi suegro es un neumólogo; no tienen tiempo. Estamos hablando de 10-15 pacientes a la hora entrando y saliendo de la consulta. No pueden enseñarles a respirar. No tienen tiempo para decirles: quiero que respires, que te calmes…Yo, personalmente no creo que sea una conspiración de empresas farmacéuticas: ellas siempre tendrán un modelo de negocio robusto. Creo que tiene más que ver con las prioridades. Y las prioridades en la medicina occidental tienen que ver con curar a aquellos que están muy enfermos. Eso se nos da muy bien, podemos mantener a la gente con vida...Pero en nuestro modelo de salud no hay un enfoque preventivo.
P: En tu libro dejas claro que hay mucha ciencia entorno a la respiración, aunque lamentablemente sea una ciencia olvidada en muchos ámbitos…
R: Lo bueno de vivir en estos tiempos, es que tenemos instrumentos científicos que pueden proporcionar datos objetivos sobre si algo funciona o no (…) Sabemos que los nervios están conectados al diafragma y al cerebro y esta investigación no es investigación que yo haya realizado, sino que ha llevado décadas. Hay [en mi libro] 400 referencias científicas de personas que llevan mucho tiempo estudiando la respiración. No es mi papel convencer a nadie de si esto es real o no. Yo lo que hago es compartir una opinión objetiva con datos sobre respiración. Es verdad que hay mucha pseudociencia también y mucha ‘basura new age’ en torno a esto (…) Pero los estudios gubernamentales en Estados Unidos, han demostrado que la respiración es la intervención más eficaz en casos de asma y ataques de pánico. Las cifras de los datos científicos hablan por sí solas.
P: ¿Qué dirías a los que tachan de pseudociencia todo esto que cuentas de la respiración?
R: A cualquier persona que piense que cómo respiras es una pseudociencia o un efecto placebo, les desafío a que se pongan un dispositivo que mida su presión sanguínea y su frecuencia cardíaca y que durante 30 segundos respiren de una determinada manera y vean cuál es la transformación que sienten en sus cuerpos.
P: Como conclusión; podemos decir que hay ciencia que avala todo esto de la respiración, pero lo cierto es que ¡tampoco haría falta! porque cualquiera puede experimentar resultados beneficiosos para su salud sin necesidad de evidencia científica.
R: Creo que hemos llegado a un punto en que -considerando que durante mucho tiempo muchas personas nos han mentido con las pseudociencias- está bien solicitar que haya mediciones objetivas sobre si algo funciona o no (…) La ciencia es una forma de acercarse a la verdad, pero no es la única manera. Creo que otra manera de hacerlo es a través de ti mismo, de tu auto-experimentación. Si algo te funciona y estás mejorando ¿por qué diantres no seguir haciéndolo? Quizás dentro de 20 años la ciencia demuestre que eso es válido. Así es como lo hacían nuestros antepasados, que no tenían instrumentos científicos para medir, pero tenían algo mucho más valioso: tenían tiempo y opiniones objetivas, empíricas sobre como vivía la gente. De hecho, eso proporcionaba muchos más datos y mucho más valiosos que cualquier estudio hecho durante de 20 años en un laboratorio.