La inmunidad colectiva, después de meses de esfuerzos para limitar la propagación del coronavirus, se ha convertido en un tema controvertido, especialmente en Estados Unidos. Suecia fue uno de los paises que planteó este enfoque, en el que muchas personas de todo un país tendrían que enfermar de covid19 para construir una inmunidad natural en todas las comunidades. Sin embargo, advierten los expertos, a medida que el virus se propaga y enferma a las personas, muchas podrían morir en el proceso.
"Nunca he abogado por esa estrategia", comentó al respecto el miembro del Grupo de Trabajo sobre el Coronavirus de la Casa Blanca, Scott Atlas, durante una conferencia de prensa en Florida. El doctor Atlas negó que esté impulsando esta estrategia en EEUU, pero un portavoz, sin embargo, comentó que las políticas que aplica el doctor sí están en línea de una estrategia de inmunidad colectiva, según recoge CNN.
Aproximadamente, dos millones de estadounidenses podrían morir en un esfuerzo por lograr la inmunidad colectiva al coronavirus, según informó este lunes la profesional de emergencias y analista médica, Leana Wen.
"Si esperamos hasta que entre el 60% y el 80% de las personas lo tengan, estamos hablando de que más de 200 millones de estadounidenses lo recibirán, y con una tasa de mortalidad del 1%, digamos, dos millones de estadounidenses morirán en este esfuerzo por tratar de obtener inmunidad colectiva. Esas son muertes evitables de nuestros seres queridos que simplemente no podemos permitir que sucedan bajo nuestra supervisión", señaló Wen.
Desde la Organización Mundial de la Salud, apuntan, la "inmunidad colectiva" se suele discutir en el contexto de las vacunas, no como una respuesta a una pandemia. "Normalmente cuando hablamos de inmunidad colectiva, hablamos de cuánta población necesita vacunarse para tener inmunidad al virus (al patógeno) para que la transmisión ya no se produzca, o sea muy difícil para un virus o un patógeno transmitirse entre personas", comentó la líder técnica de la OMS para la respuesta al coronavirus Maria Van Kerkhove, durante una conferencia la pasada semana.
"Si pensamos en la inmunidad colectiva en el sentido natural de dejar correr un virus, es muy peligroso. Eso significa que muchas personas están infectadas, muchas personas necesitarán hospitalizaciones y muchas personas morirán", añadió.
Suecia, a diferencia de la mayoría de los países, no impuso confinamiento cuando la pandemia se extendió por europa a principios de la primavera. Las autoridades hicieron hincapié en la responsabilidad personal, y la mayoría de bares, escuelas, restaurantes y comercios permanecieron abiertos.
Los resultados, sin embargo, no fueron los esperados. Solo el 7,3% de las personas de la capital, Estocolmo, habían desarrollado los anticuerpos necesarios para combatir la enfermedad a finales de abril, muy por debajo del 70-90% necesario para conseguir la inmunidad colectiva. El país registra actualmente más de 5 800 muertes por COVID-19, lo que corresponde a 576,38 muertes por millón de personas. Una cifra mucho mayor que la de algunos de sus vecinos más cercanos, con densidades de población bajas similares, como Dinamarca (107,73), Finlandia, (60,46), Noruega (48,7) o Estonia (48,25).
"Cuando la mayoría de la población es inmune a una enfermedad infecciosa, se proporciona protección indirecta (inmunidad colectiva) a quienes no son inmunes a la enfermedad, al actuar como un baluarte contra nuevos aumentos repentinos de infecciones", comentaron Eric Orlowski, de la Universidad College London y el doctor David Goldsmith, en un estudio publicado por Journal of the Royal Society of Medicine a mediados de agosto.
"Es probable que parte de esta diferencia -entre escandinavos- en los resultados de mortalidad también se deba a que no se protegió a los suecos más vulnerables de las infecciones (entre el 40% y el 50% de sus casos se produjeron en residencias de ancianos. Pero, al igual que con otros aspectos de esta crisis sin precedentes, se necesita más tiempo para comprender los impactos duraderos", añadieron los expertos. Si la inmunidad colectiva no incluye pruebas, rastreo y aislamiento, entonces será muy difícil proteger a las poblaciones vulnerables, aseguran.
El director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, Mike Ryan, asegura que hay un "malentendido" con la estrategia que llevó a cabo Suecia. "Se ha tratado de depender de los individuos y las comunidades para cumplir con los consejos del gobierno, y se ha tratado de evitar imponer confinamientos obligatorios. En Suecia, Anders Tegnell y el equipo han hecho un buen trabajo. Esa es la forma en que interactúan los suecos y el gobierno sueco. Ese es el contrato social en Suecia. Nadie ha salido de esta pandemia con una estrategia perfecta", comentó.
La inmunidad colectiva plantea muchas dudas. "El intento de Suecia de crear 'inmunidad colectiva' ha sido lamentablemente infructuoso y definitivamente no es una estrategia que debamos intentar replicar en los Estados Unidos. Es más, presionar por la 'inmunidad colectiva' ahora cambiaría por completo los meses de trabajo que Estados Unidos ha realizado hasta ahora en los esfuerzos por controlar el virus", explicó el ex secretario adjunto de salud del presidente Obama y profesor de Harvard TH Chan, el doctor Howard Koh.
"En lugar de presionar por la inmunidad colectiva, Estados Unidos debe redoblar las herramientas de salud pública a nuestra disposición, incluido el uso de máscaras universales, pruebas generalizadas y rastreo de contratos, hasta que estén disponibles una vacuna y terapias más efectivas", concluyó Koh.