Desde que surgió la pandemia de coronavirus, que ya ha dejado más de 4,7 millones de personas contagiadas en todo el mundo y al menos 315.000 fallecidos, los estudios sobre sus formas de trasmisión no han cesado.
Parece claro que el contagio del virus se hace a través de las denominadas gotículas de la nariz o la boca que salen cuando una persona infectada tose o exhala. Si estas se inhalan o se tocan y acto seguido se entra en contacto con los ojos, nariz o boca, una persona puede llegar a contagiarse.
Aunque el virus no puede propagarse a grandes distancias a través del aire, recientes estudios han demostrado que en espacios cerrados también existe un riesgo importante de contagio, ya que solo al hablar, las gotas de saliva producidas podrían ser un importante modo de contagio de la enfermedad.
Ahora, un equipo de investigadores de Corea del Sur ha demostrado que esta teoría es cierta con un ejemplo que demuestra la rapidez con la que puede propagarse el virus. El estudio encontró claras evidencias de que, en un solo taller de fitness, la difusión del covid-19 llegó a infectar a 112 personas diferentes.
Se trata de un foco de contagio antiguo, que ocurrió a finales de febrero, pero ahora, tras una investigación, se ha demostrado que el taller realizado por casi 30 instructores durante cuatro horas generó una potente infección, según la revista Emerging Infectious Disease.
Ninguno de los asistentes tenía síntomas, pero finalmente ocho de los instructores dieron positivo en coronavirus. El día 9 de marzo se detectaron 112 casos positivos de instalaciones deportivas, y la mitad de ellos fueron resultado de la transmisión directa de instructores a los estudiantes.
El contacto de instructores y estudiantes solo se hizo durante las clases, y estos comenzaron a desarrollar los síntomas de la enfermedad en un promedio de tres días.
Algunas de las explicaciones del estudio para esta rápida propagación se basan en el ambiente de ese tipo de clases: atmósfera cálida y flujo de aire turbulento por el esfuerzo del ejercicio físico, una combinación que aumenta el riesgo de contagio.
Lo relevante de este estudio es que, al realizarse también sobre otro tipo de actividades del mismo centro, como yoga o pilates, ningubno de los estudiantes contrajo el virus, debido a la menor intensidad de la actividad, según los expertos.
Un estudio llevado a cabo por el director de la clínica MARGen de Granada, Jan Tesarik, y publicado en la revista 'Reproductive Biomedicine Online', ha puesto de manifiesto que ni los espermatozoides ni los óvulos son vulnerables al coronavirus.
"Ni los espermatozoides ni los óvulos poseen los componentes que pueden ser utilizados por el virus como puerta de entrada: la enzima convertidora de angiotensina tipo 2 (ECA2), particularmente abundante en la superficie de las células epiteliales de los alveolos del pulmón (neumocitos), el puerto de entrada preferente del virus", ha explicado el experto.
Las moléculas ECA2 están presentes en células de los conductos nasales, del intestino, de los riñones, de la vejiga y del corazón, que representan potenciales vías alternativas de la entrada del virus en el organismo. Por tanto, la ausencia de las moléculas ECA2 en los espermatozoides y los óvulos "excluye" la transmisión del COVID-19 en la fecundación in vitro, realizada mediante la microinyección del espermatozoide en el citoplasma del óvulo (ICSI).
"Una conclusión confirmada empíricamente por la ausencia de la transmisión vertical (de los padres a los hijos) de la enfermedad", ha detallado Tesarik, para avisar de que, a pesar de ello, la transmisión del hombre a la mujer en el acto sexual no se puede excluir.
De hecho, un estudio reciente ha detectado la presencia del virus Covid-19 en el eyaculado de algunos hombres afectados por la enfermedad. El eyaculado contiene varios otros tipos de células, además de los espermatozoides que pueden, en teoría, transmitir el virus, aunque ningún caso real de transmisión sexual aún ha sido documentado.
"La ventaja de la ICSI es que todas las células, que no sean el espermatozoide por inyectar, se eliminan, y la transmisión es imposible. También es imposible la transmisión de la mujer al hombre en el acto sexual, porque el virus esta ausente en la vagina", ha enfatizado el doctor.