El origen de la enfermedad de Alzheimer es todavía una incógnita pero cada vez son más las investigaciones que parten de la hipótesis de que está vinculada a una infección. Un nuevo estudio publicado en 'Science Advances' refuerza esa teoría y lo hace relacionando esa enfermedad degenerativa con un origen inesperado: una enfermedad en las encías. No es la primera vez que ambos factores se asocian, ya que un estudio de 2010 ya valoró esa posibilidad.
'Porphyromonas gingivalis’, el patógeno que provoca la periodontitis crónica -conocida como enfermedad de las encías-, ha sido descubierto en el cerebro de pacientes fallecidos de Alzheimer por Jan Potempa, microbiólogo de la Universidad de Louisville.
Se han llevado a cabo experimentos con ratones, en los que se provocaban infecciones orales con el patógeno, que condujeron a que las bacterias llegaran al cerebro y que éste produjera el péptido beta amiloide (Aβ), la proteína asociada con el Alzheimer. Los científicos creen que aún no han descubierto el origen de esta enfermedad degenerativa, pero están convencidos de que esta línea de investigación es importante.
"Los agentes infecciosos han estado implicados en el desarrollo y la progresión del Alzheimer antes, pero la evidencia de la causalidad no había sido convincente. Ahora, por primera vez, tenemos pruebas sólidas que conectan el patógeno intracelular P. gingivalis y la enfermedad de Alzheimer", valora Stephen Dominy, que coordina la investigación a través de la farmacéutica Cortexyme.
Los investigares no se quedaron ahí e identificaron enzimas tóxicas llamadas gingipainas en el cerebro de pacientes con Alzheimer. Pero, además, también encontraron esas gingipainas en cerebros de personas fallecidas que no fueron diagnosticadas con Alzheimer.
Hasta ahora, el patógeno Porphyromonas gingivalis y el Alzheimer se habían relacionado pero no se sabía si la enfermedad de las encías provoca Alzheimer o si es la demencia la que conduce a un cuidado bucal deficiente. Ahora, el hecho de encontrar gingipainas en personas que nunca fueron diagnosticadas de Alzheimer podría sugerir que podrían haber desarrollado la enfermedad si hubieran vivido más tiempo.
Los autores de la investigación aseguran en su estudio que "nuestra identificación de antígenos de gingipaina en los cerebros de personas con enfermedad de Alzheimer y también con patología de esta enfermedad pero sin haber sido diagnosticados de demencia, sostiene que la infección cerebral con Porphyromonas gingivalis no es el resultado de una atención dental deficiente después del inicio de la demencia o una consecuencia de la enfermedad, sino un evento temprano que puede explicar la patología encontrada en personas de mediana edad antes del deterioro cognitivo".