El hospital de campaña de Ifema se ha convertido en todo un símbolo en esta crisis. Levantado en apenas dos días, supuso un reto de logística tremendo para el Ejército, una dificultad que se mantiene actualmente. El centro requiere de un avituallamiento diario en unas instalaciones que no están pensadas para este uso.
Cada mañana cientos de camiones de reparto entran a Ifema con material traído desde muchos lugares distintos. Alguno de ellos cargan con las diferentes donaciones que se realizan, como los 500 kilos de verduras de una empresa almeriense o los 1.500 colchones de una fábrica de Valencia.
Cada producto llega al almacén de 35.000 metros cuadrados que se ha preparado para todos los materiales. Esta dividido en dos zonas, uno para todos los utensilios sanitarios y otro para el resto. Todo es debidamente "identificado, recepcionado, clasificado y almacenado" tal y como relataba Roberto Prieto, Bombero de la Comunidad de Madrid.
Posteriormente, reciben y coordinan los pedidos de los tres pabellones habilitados. Se trata del 5, el 7 y el 9. En los dos primeros se sitúan los pacientes más leves y en el 9 aquellos con patologías más complicadas. Se trata de la misma ubicación donde ya están comenzando a funcionar las primeras UCI.