El coronavirus se ha convertido en pocas semanas en toda una emergencia de salud a nivel internacional - ahora con Italia donde ya ha habido cinco fallecidos- lo que ha sembrado la alarma en toda Europa. Con origen en China, el también conocido como COVID 19 es un nuevo brote de este virus que ha logrado extenderse con rapidez fuera de las fronteras del país, aunque desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se trata de evitar el uso del término ‘pandemia’ para referirnos a esta enfermedad, dado que su expansión no ha alcanzado tal nivel de gravedad. Con todo, es importante conocer los síntomas del coronavirus o síntomas del COVID 19 para poder tomar medidas con rapidez en caso de que sospechemos de un contagio en nuestro entorno.
Los coronavirus son una familia de virus descubierta en los años 60, responsables de enfermedades respiratorias que pueden ir desde un resfriado hasta complicaciones como el síndrome respiratorio grave. Su origen es desconocido pero tienen en común una característica forma de corona. Es un virus presente tanto en personas como en animales, y normalmente no suele ser grave. De hecho, los expertos aseguran que la mayoría de las personas ha pasado por alguno de ellos durante su vida sin que se hayan presentado síntomas distintos a los de un simple resfriado.
Con todo, han existido distintos brotes problemáticos durante los últimos años, entre ellos el actual coronavirus, conocido como COVID 19, surgido en un mercado de marisco y pescado de la ciudad de Wuhan, capital de la provincia china de Hubei.
La tasa del mortalidad que presenta este brote sería de aproximadamente el 2,3 por ciento, aunque este porcentaje podría variar a medida que se conozcan nuevos casos. Anteriores brotes (en 2012 y en 2002) presentaron tasas de mortalidad más elevadas, llegando al 35 % en el caso del MERS-CoV de 2012.
Este virus se contagia por transmisión aérea, así como a través de objetos o sustancias recientemente contaminadas, o por contacto humano. Algo similar a lo que ocurre con el virus de la gripe. De ahí su rápida expansión: se trata de vías de contagio difíciles de controlar y aislar. En general, con ocurre con otros virus causantes de problemas respiratorios, el contagio se produce normalmente por esta vía, a través de las gotitas que expulsamos al hablar, toser o estornudar.
En cuanto al origen del brote, la OMS cree que “lo más probable es que una fuente animal sea la fuente primaria de este brote de nuevo coronavirus”. Es importante saber que este virus puede ser contagioso también antes de mostrar síntomas, lo que reduce las posibilidades de control y aislamiento de casos.
Los síntomas descritos para la infección por coronavirus se corresponden con los de otras enfermedades respiratorias:
Además, es frecuente que se produzcan neumonías y, tal y como ocurre con la gripe, las complicaciones más graves (y la mayor tasa de mortalidad) afectan a personas mayores, así como en personas con inmunodepresión o pacientes de enfermedades crónicas (diabetes, algunos cáncer, enfermedades pulmonares crónicas…)
En este sentido, el coronavirus COVID-19 se parece mucho en su secuencia genética con otro brote anterior, el SRAS, aunque parece menos virulento y presenta una mortalidad inferior. El SRAS provoca forma graves de neumonía, dificultad respiratoria y altas fiebres. Por su parte, el COVID-19 presenta una transmisión muy superior, por lo que ya ha causado muchos más casos que el SRAS, si bien éstos son en general menos graves.
Para saber si los síntomas que sufre un paciente se corresponden con el coronavirus o, por el contrario, el malestar procede de otra enfermedad, es necesario realizar un cultivo de nariz y garganta, o también un análisis de sangre. También es posible llevar a cabo una tomografía de tórax para vislumbrar si existen síntomas de neumonía.
Dado que la fiebre es uno de lo síntomas más frecuentes en caso de coronavirus, alguno aeropuertos han implantado controles de temperatura para personas que procedan de aeropuertos de zonas afectadas. También cuestionarios y, en caso de sospecha de contagio, pruebas de evaluación y traslado a centros médicos.