Los diferentes niveles de humedad relativa pueden favorecer la propagación del covid-19. María Van Kerkhove, epidemióloga de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aseguró que la baja humedad ayuda a la supervivencia del virus en las superficies, pero que la humedad muy alta también facilita la circulación de las gotitas respiratorias, permitiéndoles que se queden suspendidas en el aire.
Aseguró que se ha trabajado con la Alianza de información mundial sobre el calor y la salud y con otros organismos como la Organización Meteorológica Mundial y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, estableciendo pautas para "la temperatura ideal en los espacios cerrados y con una humedad relativa ideal de entre el 50 y el 60%".
"Sabemos que hay situaciones en las que la transmisión se puede amplificar, por eso hablamos mucho sobre evitar espacios cerrados, interiores y con mala ventilación, y también hablamos mucho sobre asegurarse de mejorar la ventilación como una de las medidas que se pueden implementar para ayudar a reducir la transmisión de este virus", resaltó Van Kerkhove.
La OMS define la ventilación como la introducción intencional de aire fresco en un espacio para mantener la calidad del aire. Asimismo, recomienda una mayor tasa de ventilación por medios naturales o mecánicos, preferiblemente sin recirculación del aire para escuelas y lugares de trabajo.
En caso de que sea necesario recircular el aire, la OMS aboga por la limpieza de filtros con regularidad, especialmente en los trabajos que ponen a una persona en un riesgo medio o alto de exposición al coronavirus.
El covid-19 se propaga principalmente a través de gotas de saliva generadas cuando una persona infectada tose, estornuda o respira. Estas partículas son demasiado pesadas para permanecer suspendidas en el aire y caen rápidamente sobre el suelo o las superficies. Una persona sana puede contagiarse cuando entra en contacto con superficies infectadas y luego se toca la boca, nariz u ojos o al inhalar dichas gotas.